Mente

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"¡No! ¡Por favor!"

—Callate -suplico Gustabo tomando el frasco de pastillas-.

Gustabo llevaba unos días algo pesados con el tema de Pogo, pues se había puesto un poco difícil rogando por tomar el control, pero el pelinaranjo no lo volvería a dejar salir.

"Quiero salir."

—Basta -apretó el frasco de pastillas-.

"PARAAAAA"

—DEJAME!!! -arrojo el frasco contra la pared, respiraba frenéticamente, tomando una bocanada de aire miro sus manos- Gustabo... lo siento, yo no... perdón.

Pogo dió vueltas en la caravana pensando en lo que acababa de hacer, tenía el control, pero estaba condenando a Gustabo, porque si alguien lo descubría este sufriría las consecuencias.

—Mierda ¿Que hice? -se deja caer lentamente contra la pared hasta el piso-.

Estuvo varios minutos en posición fetal ocultando su rostro entre sus piernas, pero alzó la cara al encontrar la respuesta más fácil y menos dañina.

Estaba frente a la puerta de la casa de los Gambino, ahora ya se estaba arrepintiendo de su decisión, pero ya no había vuelta atrás al ser recibido por el menor de los hermanos.

El Gambino se quedó afuera para fumar, mientras que él fue hasta la sala viendo al mayor, quien se extraño al verlo al no sentir una vez más su corazón latir por amor. Pogo sonrió y saco al chico a la parte trasera de la casa sentandose a su lado.

—Pogo, se que eres tú ¿Que haces?

—Primero te saque por las cámaras, no tienen micrófonos pero no me quiero arriesgar -dijo asustado-.

—¿Que sucede? -lo mira preocupado-.

—A~acabo de cometer una gilipolles, tome el control por accidente y no consigo que Gustabo regresé, está profundamente dormido.

Suspira —¿Porque?

—No quería que tomara las pastillas, estoy arto de permanecer drogado todo el puto tiempo, Pogo se siente sofocado.

Toni hizo una mueca pensativa y le extendió los brazos, Pogo comprendió tomándolo de la cintura para ayudarlo a sentar en el césped, el payaso no desaprovechó para hundir su rostro en el cuello del contrario.

—Calma, voy a protegerte -le acaricia el pelo-.

Niega con la cabeza sin sacarla de aquel escondite —Gustabo le dirá a Horacio pensando que cometí algún homicidio, no quiero desaparecer de la vida de Gus... tampoco de la tuya.

—Tranquilo, yo me encargaré de que no te vayas, yo puedo hablar con ellos.

—¿Cómo sabes que te escucharán?

—No tienen opciones, Gustabo me ama y Horacio ama a mi hermano, por más que estemos en confinamiento y tengamos nuestro pasado, saben que actualmente ya no tenemos malas intenciones, mucho menos yo... no puedo hacer mucho en mis condiciones actuales.

Se separa de el mirandolo a los ojos —No eres sincero.

—¿De que hablas? Me siento ofendido, estoy tratando de ayudarte -frunce el entrecejo-.

—No me refiero a tus intenciones con el narcotráfico, si no, sobre tus piernas, entran en perfectas condiciones, si puedes caminar.

Toni le sostiene la mirada sin quitar  su malestar en ellos, ambos mantienen una batalla visual que el Gambino pierde bajando la mirada y respirando con fuerza e irá contenida para no golpear al contrario.

—Enserio no puedo hacerlo -hablo con cierta rabia en sus palabras- te juro que lo he intentado. Me llegaron a decir que mis piernas estaban bien, pero no sabían la razón del porque no responden, mi columna está bien, mis piernas igual, todo está en perfecto estado pero no consigo que mis piernas se muevan ni un poco.

—Entonces... por eso sentía que estabas en perfecto estado -hace una mueca pensativa- talvez lo que tienes es algo mental y no físico.

—¿Que? Payaso idiota, te acabo de decir que quiero mover mis piernas.

—Una cosa no quita la otra, por más que quieras hacerlo, una parte de tí no lo quiere, desconozco la razón, incluso puede que tú tampoco lo sepas, pero tú mismo te estás poniendo el freno.

—De haberlo sabido antes... -se agarra el puente de la nariz-.

—Podrías volver a intentarlo -aprieta los puños nervioso- p~pero solo entre tú y yo... ya sabes cómo...

—¿Como una combinación de citas medicas y románticas? -le sonríe con una ceja alzada, lo mira sonrojarse y desviar la mirada- de acuerdo, te daré una oportunidad para que me enamores, por lo tanto, quiero que me digas la verdad.

Lo mira de reojo —Se más específico ¿De qué?

—De tí ¿Quien es Pogo? ¿Porque existe? ¿Que quiere con Gustabo? ¿Que tienes con el resto del mundo? y sobre todo... ¿Que quieres exactamente de mí?

—Muchas preguntas... -mira el agua de la piscina- hay tanto que decir que no quiero sofocarte.

—No te preocupes por mí, soy bueno escuchando y me interesa saberlo todo de tí.

Sonríe sin despegar la mirada —Yo soy Pogo, una personalidad de Gustabo, nací a partir del odio y asco que él le tenía al mundo. Las calles para un par de niños era muy peligroso, y él quería que nada le sucediera a Horacio, por eso él lo defendía a capa y espada, no le importaba darle toda la comida a él con tal de que no pasará por tanta hambre. No fue fácil, tanta mierda a la que se enfrento que de pronto... estuve ahí... golpeando a ese hombre hasta que de mis nudillos salia sangre que se mezclaba con la de aquel asqueroso, yo solo pensaba en hacerlo sufrir, matarlo por haber tocado a Gustabo e insinuar algo con Horacio, yo... solo aparecí como un ang... un demonio para protegerlos de cualquier mal. Mi propósito es que Gustabo esté bien, que no lo lastimen ni dañen.

—Lo que dicen... la iglesia... no termino de entenderlo, dices querer proteger a Gustabo y Horacio pero... todo se ve tan extraño cuando se une con los acontecimientos de la iglesia

—Esta claro que parece confuso e incluso loco para cualquiera, lo entiendo... -suspira- yo mantengo el querer proteger a Gustabo, pero de pronto el viejo vuelve a su vida por azares del destino tratandolo como la mierda misma, diciéndole que no vale nada, que es un peón, que se comporte como un loco -se recuesta en el césped mirando el cielo- le di lo que pidió, salí demostrando quien soy, un demente que haría lo que fuera por proteger a quien quiere, demostré que no somos unos peones, somos mucho más -rie irónicamente- y de pronto llega diciéndole "hijo" olvidándose por completo que quería matarme en lugar de buscar ayuda, hablar con él para evitar el puto desastre que ya estaba hecho, quería matar a Conway. Horacio... fue una sorpresa que se uniera al viejo, se supone que era nuestro hermano y... nos mintió, nos traicionó, Gustabo y yo sacrificamos mucho por él, me agrada el como nos agradeció todos los años que le dedicamos. Se que suena estúpido, lo suena para todos, solo trate de hacer lo mejor para Gustabo pero lo único que conseguí fue estar más undido en su mente, antes nos queríamos mucho... ahora nos tememos mutuamente.

Pogo cubrió sus ojos con su brazo tratando de calmarse, decir todo aquello en voz alta y que le escucharán en realidad le había gustado, por primera vez no se sentía juzgado, no lo habían interrumpido, ni gritado, sentía que le habían quitado un peso de encima, y lo confirmo al sentir como su mano vacía era tomada con firmeza por aquella suave.

—Te entiendo... y te creo.

//3RR0R// [Gustoni]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora