El Director H había capturado a Carlo Gambino exitosamente, cosa que entristeció al Gambino mayor, pero poco podía hacer en su estado actual. Al tener a ambos hermanos y que Raúl Salinas se entregará ante la justicia, solo quedaba José Heredia y Anya Tarasoba como miembros activos de la mafia italiana. Un gitano y una rusa, los dos empleados que quizás tengan menos química entre si.
Ya con los dos hermanos (lo cual era su prioridad) regresaron a la terrible ciudad de los Santos, ambos italianos se encontraban en la misma habitación de hospital, pues el mayor quería estar seguro de que su hermanito estuviera bien pese a la situación que día con día se volvía más complicada.
Carlo tenía algunas heridas de bala en la espalda, pero estaba bastante bien, evidentemente el castaño abandonaría primero aquel lugar de paredes blancas y olor a medicina combinada con putrefacción.
—¿Que pasará con él? -pregunto Toni jugando con sus dedos nervioso-.
—Cuando se encuentre mejor irá a federal para cumplir su sentencia -respondio el FBI de cresta- primero se hará un juicio, pero ambos sabemos que tienen las de perder.
—No quiero dejarlo solo, es lo único que me queda...
Mira las sábanas que ocultaban las piernas inmóviles del ojicielo —Escucha... te prometo que cuando tú hermano esté en federal, vendré siempre para decirte las tonterías que haga estando preso ¿Te parece?
—¿Lo prometes? ¿Enserio?
—Si, por la garrita -alza su mano acercándole el meñique-.
Ambos entrelazan sus dedos en una promesa, el peligris no pudo resistirse a la lealtad del rubio, era como Gustabo, hacia lo que fuera para que estuviera a salvó. Afirmaba que si él mismo estuviera en una mala situación Gustabo estaría a su lado protegiéndolo, después de todo es algo que caracteriza a los hermanos mayores.
Salió de la habitación, debía volver al trabajo, sin embargo, se topo con Gus a unos pasos de la puerta, le pareció bastante extraño verlo ahí, según la doctora de Marbella frecuentaba la habitación, pero se pensaba que era para que el italiano estuviera bien vigilado, pero ahora estando en Los Santos esa idea comenzaba a disiparse.
—Gustabo... pensé que volverías a tu retiro -hablo H curioso y sorprendido-.
—Si, pero... creó que... necesito hablar contigo de algo importante.
—De acuerdo... -piensa un poco- podemos ir a mí casa a hablar, el trabajo puede esperar.
Diez minutos fueron suficientes para llegar a la mansión de Pérez, ya estando en la cocina, Horacio le tendió una taza de café a su hermano y se sentó a su lado bebiendo de su taza.
—¿Que te abruma? -empezo H viendo a su compañero de vida raro-.
—Creo que estoy enfermo...
—Pudimos quedarnos en el hospital para que te hicieran chequeo -se levanta pero el contrario lo vuelve a sentar con tranquilidad-.
—No creó que haga falta, sabes que no me gusta que me revisen -le da un trago a su cafe-.
—¿Que sientes exactamente?
—Hay ocasiones en las que mi corazón late muy rápido, siento calor en el cuerpo, me tiemblan las piernas y las manos, tartamudeo, siento un revoltijo en el estómago.
—Creo que has comido algo en mal estado -se levanta y busca entre los cajones de la cocina medicinas- ¿Desde cuándo te sientes así?
—Mas o menos desde que regresamos de Marbella.
Se frena y voltea a verlo —¿Estás seguro?
—Completamente.
—De acuerdo, la próxima vez que te sientas así mándame mensaje de inmediato, me especificaras que comiste, dónde estás y con quién.
—Lo haré bb.
—¿Puedes quedarte hoy? Por favor.
—Claro que si -le besa la frentes- aquí te estare esperando.
Horacio salió de su casa y entre a su auto con dirección a la sede del FBI. En el camino no hacía más que negar con la cabeza manteniendo una pequeña sonrisa. En el momento que vio a Gus en el hospital con las piernas temblando y el leve sonrojo, bastante sospechoso le parecía, sin embargo, con lo que le acababa de comentar le pareció bastante curiosa aquella faceta de su hermano.
Los días fueron pasando convirtiendose en semanas, Carlo se recupero y al ser dado de alta fue llevado a federal donde comenzaría su sentencia. Por el lado de Toni, su cuerpo también mejoro, pero ahora es cuando realmente no podía sertir sus piernas, intentaba monerlas, pero nada resultaba, cuando nadie lo veía golpeaba sus piernas con tal de sentir algo, pero lágrimas salían de sus ojos al no sentir absolutamente nada por más que se hiriera.
Horacio mantuvo su promesa de informarle los movimientos estúpidos de Carlo en federal, no eran pocos, cosa que lo hacía reír borrando de su mente el hecho de que estaba inválido. Con el pasar de los días el de cresta (ahora teñida de un rojo oscuro hacia atrás) le hizo saber que ya no tenía mucho tiempo libre, así que Gustabo sería quien le haría las visitas, cosa que le pareció bien.
Los días en que Gustabo visitó al italiano el celular del de ojos bicolor vibraba por mensaje de el rubio.
"Estoy en el hospital con Toni y comí una gelatina del hospital."
"Hospital, Toni, sandwich del hospital."
"Vine a ver a Toni y me siento mal, ni siquiera he comido
Quizás ese es el problema, lo siento bb."
"Estoy con Toni y me comí una manzana que me dió."
Horacio no hacía más que sonreír al ver los mensajes de su hermano, Gustabo mantenía que lo que sentía era por comida en mal estado, pero él sabe exactamente qué es lo que siente, sabe que su amigo está enamorado del italiano pero no se da cuenta porque es un cabezota. Podría decirle lo que tiene, pero viendo lo risueño que está prefiere que se de cuenta solo, es parte de la experiencia.
"Bb, me tosió un viejo en to la cara, dijeron que me harían un chequeo urgente, me voy a morir :'v."
Leyó el mensaje y no sabía si mofarce de él o buscarlo al hospital, solo suspiro y condujo a aquel lugar a la vez que buscaba entre sus cosas un cubrebocas, más valía prevenir que lamentar.
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//3RR0R// [Gustoni]
FanfictionLos accidentes no existen, no se puede saber si lo que te a pasado a sido mala o buena suerte... Toni sufre de un accidente, por lo cual requerirá de cuidados especiales y Gustabo estará dispuesto a brindarle su ayuda. Gustabo x Toni Pogo x Toni Emp...