19. La confesión de Kirtan

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SORPRESAAAAA 🥰

En vista de que han estado tan activos, les traigo el nuevo capítulo de Infernal ❤️ ¿Ven que da gusto actualizar cuando votan y comentan como corresponde? jajajaja

Sigan interactuando y, quizá, publicaré el siguiente mañana o pasado 🌚

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Capítulo 19

La confesión de Kirtan

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Al día siguiente, Kirtan volvió a ser el infernal desagradable que tan bien conocía. Fue como si la noche de ayer nunca hubiera sucedido, como si nunca hubiera abierto su corazón ante mí. La discordia estaba de regreso y con ello su trato cruel.

Al menos me permitió gozar de cuatro horas de sueño antes de golpear mi puerta y despertarme para ir a entrenar. Lo hicimos en uno de los campos de la academia, era un día caluroso. No faltaba nada para el verano, tampoco para el día de la graduación a la que ya no asistiría. Amelia dejaría el Internado Villasanta sin mí a su lado. De solo pensarlo sentía ganas de llorar.

Kirtan no me permitió descanso alguno esta mañana. Me hizo correr unas veinte veces por la pista atlética de la academia, luego pasamos una hora haciendo movimientos para canalizar mi energía. Estaba sedienta y adolorida.

Mi entrenador apenas me miraba. Solo me dirigía la palabra para darme órdenes o para humillarme, según él para potenciar mi fuego interior, pero sabía que no solo lo hacía por eso. La rabia que sentía contra mí regresó como si nunca se hubiera disipado. ¿Por qué? No lo sé. La noche anterior fue tan íntima, tan vulnerable, tan especial... Kirtan pareció olvidarla, se forzó a eliminarla de su memoria.

Llegué a la conclusión de que levantó nuevas barreras en torno a su corazón porque, quizá, yo comenzaba a gustarle.

Sí, es difícil de imaginar. Él mismo admitió que nunca sentiría ningún tipo de atracción por mí, pero ¿y si mintió? ¿Y si ya sentía algo? ¿Y si la razón por la que era tan malo conmigo, además de odiar a los ángeles, es que comenzaba a sentir cosas por mí?

La idea me embargó de ilusión mientras Kirtan me enseñaba cómo desplazar mi energía sin necesidad de moverme. "Todo se trata de la mente", dijo con esa voz tan ruda que, aunque me estremecía, me derretía como el fuego.

Las semanas posteriores fueron más de lo mismo: duros entrenamientos con Kirtan en los que no hablábamos de nada que no tuviera que ver con lo que nos convocaba. Cada vez que intentaba conversar sobre cualquier otra cosa, él simplemente me ignoraba como si yo no hubiera dicho nada. Me hería su renovado desprecio, pero, por una parte, era un alivio. Temía que, de mantener esa cercanía que experimentamos la noche que me habló sobre la muerte de Elen, me enamoraría perdidamente de él.

Si es que ya no estaba enamorada.

Las cosas en la academia marchaban con normalidad. Los infernales desaparecían con frecuencia para seguir pistas sobre posibles colosales o para encargarse de misiones relacionadas con una silenciosa rebelión contra el gobierno infernal. No me contaban mucho al respecto, tal vez por miedo a que yo quisiera participar y con ello arriesgara mi vida. Ellos me dieron una sola ocupación: entrenarme.

Aunque Kirtan era un entrenador tan estricto como cruel, sin duda hacía un gran trabajo. Llevábamos solo un mes de entrenamiento continuo y yo ya podía formar llamaradas, pero no sin esforzarme hasta el cansancio. Cada llamarada me dejaba agotada; podía crear solo una por hora. No podía volver a utilizar el fuego hasta que se renovaran mis energías. Obviamente eso no me serviría de nada en una situación de peligro, pero confiaba en que mi esencia infernal me haría estallar en caso de necesitarlo.

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