Ecomoda XXI

CAPITULO XLIV

Julio ya se estaba desesperando porque Camila no llamaba, hasta que de repente suena su celular y rápidamente toma su teléfono, se fija y es un número desconocido pero como el prefijo era de Bogotá supuso que era Camila y eso lo puso nervioso, su corazón latía a mil. Tendría que ser ella ya que no tenía a nadie conocido en Colombia, entonces atiende rápidamente.
Julio:” Aló quien habla?”
Camila:” Julio soy yo Camila, estoy parqueada afuera, te estoy esperando para ir al desfile, sal que estoy justo en frente de la entrada “
Julio:” Ya estoy listo, estaba esperándote en el lobby “ no apaga el celular y va caminando hasta salir afuera del hotel, al ver varios carros entonces le pregunta “hay muchos carros cual es el suyo"
Camila:” Es el BMW negro ok"
Julio lo ve y se queda admirado del carro de ella y le dice;
Julio:” Que hermoso carro tienes “
Camila:” Te gusta?, me lo regalaron mis abuelos”
Toda esa conversación ocurre por el celular.
Julio:” Ya estoy aquí, me abre?”
Camila:” Ok listo, corte y súbase “
Julio corta la llamada y sube al carro distraído hasta que gira su cabeza para saludarla y la ve, se queda gélido al verla tan hermosa vestida.
Camila llevaba puesto un vestido de fiesta color negro con apliques de lentejuelas doradas, sandalias de taco alto también de color negro.
Julio no podía dejar de mirarla, estaba deslumbrado enormemente por la belleza de esa mujer. Su mirada la recorría de arriba abajo y cada vez le atraía más esa bella mujer que tenía justamente a su lado y también la admiraba mucho más por su versatilidad.
Camila se dio cuenta que Julio la miraba y se incomoda un poco y ni siquiera sabe porque le pasa eso ya que muchas veces le había pasado que la miraran así como Julio lo hacía pero ella jamás se sintió tan incómoda como ahora.
Camila también lo vio y le pareció que estaba muy guapo y atractivo ese muchacho pero seguía desconfiando de él por ser hijo de Marcela Valencia pero a la vez sentía que Julio era una buena persona.
Camila arranca el carro y se dirigen al salón donde realizarían el desfile que no estaba tan lejos del lugar donde se encontraban, así que no tuvieron casi ni tiempo para hablar y Julio se lamentaba ya que era justo su oportunidad porque estaban sólos sin que nadie les interrumpiera pero a él no le salía ni una palabra, sus nervios le jugaron una mala partida.

Continuará