Ecomoda XXI

CAPITULO CXXXIX

Armando llega a su apartamento y nuevamente esa congoja esa sosobra de no ver a su Betty.
Su mente lo trasporta a los últimos recuerdos de ella en la casa, cocinando para ellos, guardando todo lo necesario para los bebés, charlando plácidamente. Entra a la habitación y se la imagina sentada en la cama mirándolo con una sonrisa,como lo hacía cada vez que él salía sólo y regresaba al apartamento. Para luego chocarse con la realidad, su amada esposa no estaba allí sino en una cama de una clínica y otra vez ese dolorcito en el pecho, otra vez esa angustia que no tendría fin hasta que su Betty volviera a sus brazos.
Se recuesta sobre la cama y mira sin ver, el techo de la habitación, su mente lo llevaba hasta dónde estaba su esposa, recordando que estaba muy pálida, dormidita como la bella durmiente del cuento infantil y se decía para si mismo que ella era su princesa, su vida.
Estaba inmerso en sus pensamientos cuando oye el timbre del apartamento y se dirige a la puerta, para su extrañeza eran doña Julia y don Hermes. Sorprendido les pregunta;
Armando:" Doña Julia, don Hermes que hacen aquí?"
Julia:" Ay hijo como está? Supimos que te internaron, estás bien?"
Armando:" Si doña Julia, pasen. Vinieron por eso?"
Hermes:" No mijo, ya no se acuerda que tenemos que ir a buscar a los bebés? Le traje a Julia para que lo ayude como habíamos quedado"
Armando:" Ay lo siento don Hermes, me había olvidado, si si pero llegaron muy temprano y esa maleta?"
Julia:" Es que me quedaré aquí a ayudarle hasta que Betica se recupere y se que mí Dios la ayudará para que salga pronto de todo ésto "
Hermes:" Si Armando, usted no se preocupe que Betty saldrá de ésto. Julia vaya colocando todo en la habitación de huéspedes que yo me quedo con Armando" le dice gritando.
Ésta obedece y se va a acomodarse mientras don Hermes y Armando están en la sala.
Armando:" Hermes yo voy con mí carro que está preparado para los bebés con sus sillitas y doña Julia va con usted en el suyo"
Hermes:" Pensé que iríamos en mí súper máquina, es toda una locura ahora, lo llevé al mecánico y es pura juventud "
Armando:" Me alegro mucho escuchar eso, pero los chinos deben estar en sus sillas para carros "
Hermes:" Está bien, haremos como usted diga "
Doña Julia sale de la habitación ya lista, entonces Armando pide un permiso y se va a cambiar, primero se ducha para luego cambiarse y salen todos rumbo a la clínica.

Llegan a ésta y se dirigen a neonatología, Armando toca el timbre y cuando le responde que pase, entra junto a doña Julia.
Armando:" Buenos días, venimos a buscar a mis hijos. Los mellizos Mendoza Pinzón que les daban el alta hoy"
Enfermera:" Si, el pediatra desea hablar con usted Sr Mendoza "
Armando:" Donde me dirijo srita?"
Enfermera:" Allí está el consultorio, golpeé y lo atenderá sr "
Armando:" Muchas gracias"
Ambos se dirigen hacía el lugar y Armando golpea la puerta, al recibir una respuesta afirmativa entran.
Armando:" Buenos días doctor, me dijeron que debía hablar con usted "
Dr:" Si sr Mendoza, me dijeron que ayer se descompensó y quería saber si tiene quien lo ayude por el momento o necesita que dejemos un tiempo más a los bebés aquí?"
Armando:" Si no se preocupe, ella es doña Julia Solano de Pinzón, mí suegra y ella me ayudará con ellos hasta que mí esposa se recupere totalmente "
Dr:" Mucho gusto Sra, que bueno por eso. Bueno ya le redacto el alta y puede llevarse a sus hijos. La semana que viene tienen control conmigo pero luego tendrá que llevarlos a un pediatra de cabecera para que los controlen y además tiene que darles las vacunas correspondientes. Creo que no hace falta decírselo ya que usted tiene otros hijos no?"
Armando:" Efectivamente Doctor, no sé preocupe y muchas gracias, nos veremos la semana próxima "
Dr:" Tome lleve ésto a la entrada para que se lo sellen y viene ya a llevarse a esas hermosas criaturas "
Armando:" Muchas gracias Dr"
Se dirige a dónde le dijeron y realiza todos los trámites burocráticos para irse con sus hijos, coge uno y luego doña Julia al otro y se marchan rumbo al carro, suben a éste después de colocarlos en sus respectivas sillas y se van al apartamento de Armando. Éste cada tanto los mira por el espejo retrovisor y no puede dejar de sonreír.

Continuará