CAPITULO XXXVIII

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Suben ambos al ascensor y se siente en el ambiente una tensión entre ambos.
Julio quería decirle algo pero no se animaba, se sentía un idiota ya que nunca le había pasado algo así.
Por su parte, Camila también se sentía incómoda estando cerca de él,  sabía bien porque era pero se rehusaba a dejarse llevar por ese sentimiento que ya lo conocía porque ya lo había vivido antes y había sufrido mucho allá en su cuarto de Londres, sola sin que nadie  supiera nada.

El ascensor fue bajando y antes de llegar a plata baja, Julio toma coraje y se dispone a hablarle a Camila pero justo en ese momento se abre la puerta entonces ya no se anima.
Julio:" Hasta mañana Camila "
Camila:" Hasta mañana Julio "

Ambos se dirigen a sus respectivos carros, se suben y se van a sus apartamentos pero no pueden dejar de pensar el uno del otro.

En el apartamento Camila estaba degustando la cena que pidió a domicilio y mientras hacía eso, pensaba en todo lo que había sucedido hoy, también estaba reorganizando sus sentimientos.

Camila:" Tengo que tener mucha cautela con él,  ya me hicieron mucho daño anteriormente, una vez pasó pero dos no, yo no seré presa fácil de nadie ni tampoco ser plato de segunda mesa" se decía mientras degustaba su sushi.

Al mismo tiempo, pero retirado de allí, se encontraba Julio cenando con su familia y también inmerso en sus pensamientos.
Marcela:" Julio que te pasa, casi no has probado bocado y tampoco has dicho ninguna palabra, te pasa algo?, te pasó algo en la empresa?"
Julio:" No mamá tranquila, no me pasa nada sólo que estoy cansado nada más, apenas me estoy adaptando a esto y ya tenemos una colección, igualmente no te preocupes que ya me falta muy poco para terminar el empalme con el dr Calderón "
Marcela:" Ah bueno, mejor así hijo porque no quiero que los Mendoza piensen que eres un flojo"
Julio:" No te preocupes que jamás pasará eso"

Marcela sale de la habitación y se dirige al baño, es entonces cuando Michel aprovecha para hablar con su hijo sin que su esposa interceda.

Continuará

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