11. Ensimismada.

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N/A, antes de leer este capítulo:

Hola, esta es mi primera y última nota de autor. Este capítulo es bastante especial para mí, he estado trabajando en él mucho tiempo. La verdad es que al leerlo, espero transmitir todo lo que siente Nina, y de alguna manera, dar a entender algunas cosas, aunque casi todo está implícito. Me gustaría aclarar a la persona que leerá esto, que este capítulo es obviamente desde el punto de vista de Nina. Es importante, pues será el primero y el último.

Vaya que me salió difícil escribir a esta chica.

En fin, el enlace de video de youtube deberías escucharlo casi al terminar de leer este capítulo. Acompañalo con Daughter, así sentirás a flor de piel todo, así como me sentí yo mientras Nina me mostraba su mente. Smother, your kisses y love, son esenciales para comprender en parte todo lo que conlleva esto. La imagen de la actriz es igual a cómo siempre me la imaginé, así que en una parte del capítulo, piensa en ella como te la muestra esa imagen.

Y perdón por tomarme mi tiempo para escribir esta novela. He trabajado en ella muchos años. Quisiera que sepas que la terminaré, falta mucho, pero algún día terminará.

Y sin más preámbulos, adéntrate en su mente.

***

Me había levantado mal ese día. Sentía mi cabeza dar vueltas por doquier, y tampoco podía pensar con claridad. ¿Cómo podría?

Él me había dejado para siempre.

No es que nunca lo hubiera hecho... el problema es que se había enamorado de alguien más. Aunque siendo sincera, él nunca me quiso. Eso siempre lo supe, pero hacía vista gorda.

Ya estaba tan harta de sentir dolor, que decidí hacer algo por mí ese día: ir a ballet.

Era temprano, las 9:00 de la mañana. Mi rutina diaria era tomar un vaso de jugo y una galleta de salvado, con eso tenía todo el día. Bajé a la cocina de mi gran casa, y como siempre, solo estaba mi nana, María.

—Hola, María —Saludé con una sonrisa en el rostro.

—Hola, señorita Nina —Saludó cortésmente, mientras terminaba de exprimir la fruta para darme mi jugo.

—¿Arándano con frutilla? —Pregunté, porque la fruta la cambiaba todos los días.

—¡Claro! Ya sé que es su favorito, señorita —Sonrió maternalmente como siempre solía hacer, y eso me gustaba mucho. Le di una sonrisa sincera en respuesta.

Mientras terminaba de preparar mi jugo, me dediqué a revisar mi celular. Tenía 15 mensajes en WhatsApp, pero solo revisé el de Kiara.

"¡Nina! No te lo vas a creer".

Le respondí inmediatamente: "¿Qué cosa?".

Demoró un poco en responder, pero creo que sabía qué era.

Mientras me salía que estaba escribiendo, María sirvió mi jugo. La verdad es que toda la poca hambre que sentía, estaba a punto de irse al saber qué era lo que me diría Kiara. Estaba segura que era acerca de lo que oí el otro día en la casa de Gerardo, cuando decía "la amo" a Isaac. Aparte de la sorpresa que me llevé de que ellos dos hablaran, más fue escuchar eso. Me rompió en mil pedazos y sentí que el mundo me aplastaba. Ésa era la confirmación de que, efectivamente, perdí a Gerardo, a pesar de nunca haberlo tenido.

NinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora