-Así no se pronuncia -Le dije burlón, observando "disimuladamente" sus hermosa facciones.
Ella bufó, ya ha de estar cabreada. Hemos estado una jodida hora en la biblioteca tratando de enseñarle las palabras para que pueda exponer en inglés.
-Mierda, mierda y más mierda -Se quejó. Si me lo preguntan, en los últimos días me acostumbré a su lenguaje tan peculiar-. No puedo pronunciar la puta palabra. Soy un desastre.
La miré, tratando de no burlarme. Vaya que sí lo era. Pero ¿cómo iba a decirle eso? Así no se enseñaba.
-Sólo debes practicar. No es tan difícil -Dije como si nada. Me miró agotada.
-Es fácil decirlo para ti, tú hablas como un puto gringo, Isaac.
Reí divertido.
-A lo mejor hemos estado mucho rato aquí en la biblioteca. ¿Qué te parece si hacemos un break y vamos a comer algo a la cafetería? Estoy hambriento.
Me miró con esos hermosos orbes azules tan extraños. Sonrió.
-Claro, ya me estaba asfixiando -Me respondió aliviada.
Guardamos nuestras cosas en las mochilas y nos dirigimos a la cafetería. Conversamos algunas banalidades cuando llegamos a la cafetería, que por cierto estaba casi vacía a estar alturas del día viernes. Cogimos algo de comida y como siempre yo saqué mucha. Observé a Nina, quien sacó una ensalada y agua mineral.
Miró mi bandeja divertida.
-Era cierto que tenías hambre -Rió.
-Y tú parece que no -Le dije, mirando con pena su bandeja prácticamente vacía-. ¿Cómo puedes aguantar comiendo tan poco? Yo me moriría.
Mi exageración la hizo reír, cosa que amaba de ella. Se encogió de hombros y finalmente nos sentamos en las mesas y comimos. Yo no dije nada, a veces me quedaba en blanco y ella simplemente me observaba.
Hasta que rompió el silencio:
-Isaac -La miré en señal de respuesta, ya que estaba comiendo-. ¿Irás a la fiesta del sábado?
Mierda, la fiesta. Me había olvidado por completo.
-¿Cuál fiesta? -Pregunté haciendo el loco.
-¡No te hagas el tonto! Sabes cuál fiesta -Me dio un pequeño golpe en el hombro-. La organizo yo. ¡Será genial! Es para celebrar que acaba el semestre en el "regimiento".
La miré con flojera. Nunca me han gustado mucho las fiestas.
-Pues... creo que no. No soy fanático de ir a fiestas y cosas así -Le respondí.
-¡Oh, vamos, Isaac! -Exclamó como si fuera una calamidad que no vaya-. ¿No me digas que nunca has ido a una fiesta?
Automáticamente me reí con un poco de nerviosismo.
-¿La verdad? No -Respondí, con algo de... ¿vergüenza?
Lanzó una pequeña carcajada.
-¿En serio? -Asentí-. Bueno, ¡esta será la primera!
La miré con desconfianza.
-Creo que no, Lacoste -Reí con suficiencia al saber que a ella no le gustaba que la llamaran por el apellido.
-Cállate -Contestó un tanto enojada y divertida-. ¡No puedo creer que me hayas llamado por mi apellido! Por eso, te obligaré a ir a la fiesta.
-Que no, joder -Me burlé-. Hay cosas más productivas que hacer, Nina.

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Nina
Teen FictionNina Lacoste era la chica que deslumbraba a cualquiera que la conociera. ¿Y cómo no iba a hacerlo? Era simplemente preciosa. Su cabello era rubio como el heno, sus ojos azules como el cielo de verano, su piel blanca como la porcelana. Desde que la c...