ᰔᩚ 014

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Las luces de la habitación estaban en un color rojizo, uno candente debido a la ocasión. En muchos romances podría haber un camino de rosas y velas haciendo lo cliché para llevarte a la cama, sin embargo, cuando Jimin llegó al apartamento de su amante, en vez de rosas en el piso, encontró sobres de condones de diferentes sabores. No había velas sino una luz roja neon, dando una imagen hot.

Se había quedado totalmente sorprendido al ver dicha decoración, sentía que el pecho le palpitaba sin parar, se sentía nervioso por lo que le pueda ser Jeon. Camino un poco al frente, casi no le prestó atención al gran apartamento únicamente lo que tenía en frente y era una silla y lo que parecía dos pedazos de vendas color rojas.

Sintió los brazos de su amante en su cintura, sus labios sobre su cuello, haciéndole suspirar y temblar un poco por el tacto de sus labios en su cuello.

—Lo tenías todo planeado, ¿cierto? —pregunto en un susurro el rubio.

—Por supuesto. Quería darte el mejor San Valentín de tu vida, nene.

Jeon deslizó lentamente sus manos de la cintura de Jimin hacía sus nalgas, dónde poco a poco fue bajando su pantalón ya desabrochado. El tacto de esas manos hizo que Jimin se sonrojara y se estremeciera, joder ese chico sí que sabía como excitar aún hombre.

—Solo relájate, te prometo una noche, sin fin —susurro en su oído mordiendo sobre su lóbulo.

Deslizó su pantalón dejando a Jimin totalmente expuesto, el cosquilleo en su entrepierna se hizo presente poniendo duro y erecto su pene. El rubio dejaba salir pequeños gemidos, los suaves toques que le daba el menor le estaban haciendo sentir tantas cosas por lo cual no paraba de jadear.

Jungkook metió sus manos en su saco dónde por fortuna no tenía camisa, solamente basto en quitarle aquello y tirarlo por algún lado de la habitación. Ahora sí, el rubio estaba completamente desnudo, dejando de ver ese cuerpo tan tentativo para Jeon. El rubio dejó caer su cabeza, en el pecho del menor, mientras este le pellizca sus tetillas, y recorría con su mano su abdomen lentamente.

Esto era tortuoso para el mayor, estaba necesitado, estaba seguro de que se correría con solamente esos toques y besos en su cuello. Jeon lo hace voltear, se quedaron mirando unos segundos y entonces se besaron, un beso lleno de desesperación y deseo. Jimin colocó sus manos en el pecho de Jeon quitando los botones de su camisa, al lograrlo también empezó a jugar un poco él.

Una gran diferencia entre ellos eran los músculos del menor, le encantaba al rubio sentirlos, un cuerpo grande que lo volvía completo loco. Rompen el beso en un chasquido y rastro de saliva colgando sus labios.

—Es hora nene, pero antes quiero probar algo que tengo para ti.

—¿Y qué es?

Jeon le sonrió y volvió a besarlo. Lo alzó un poco para sentarlo en la silla, tomó las vendas y el rubio sabía que se podrían jugar.

—¿Qué me harás Jeon? —le miro, con esas intenciones de por medio.

—Sólo disfruta dejándote llevar nene, te prometo que no te arrepentirás.

Mordió su labio, realmente quería hacer todo con Jeon, ni siquiera él mismo se reconocía.

—Hazlo. —esa palabra de permiso que desde que se conocieron lo dominaba.

Eso fue todo para Jeon. Vendo sus ojos y ató sus muñecas hacía tras de la cabecera de la silla. Jimin no podía moverse mucho, no miraba nada, pero se sentía muy excitado. Jeon lo admiro, su cuerpo desnudo y totalmente para él, era una imagen digna de mantener en su mente.

𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗠𝗲 𝗛𝗮𝗿𝗱𝗲𝗿 🔥𝗸.𝗺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora