RED: Deseo Prohibido - [KookMin +18] by StellarMi

RED: Deseo Prohibido. Pag10.

—Quierase o nó, debemos hablar.

Dije, el estaba mirándome fijamente con asombro.

—Su indiferencia no cambia lo que vivimos.

—He expresado antes mi nulo interés por charlar con usted... —El dijo al cabo de un rato en el que me imagino procesó nuestras riesgosas condiciones.
—¿Que le hace pensar que el que usted desee hablar conmigo; yo también lo necesite?

—Sabe perfectamente que no podemos dejar en el aire éste tema.

—¿De qué deberíamos hablar en todo caso "señor Jeon"?.

Su mirada asesina me hizo voltear en otra dirección.

—Me gustaría pedir disculpas...

—Entonces hable rápidamente que alguien podría vernos e interpretarlo mal.

El dijo, mis manos le encarcelaban sobre su cabeza en la pared.

¿Porque me trata sin igual?

Como si fuéramos dos extraños, una persona completamente diferente.

Quizá él... Ya paso la página.

Lo más seguro es que continúe molesto debido a mi reacción frente a YoonGi esa misma noche.

Mi deseo era sacudirle y pedir volver a ser el mismo de aquellos días, tan atrevido y encantador, esa persona que nunca se guarda argumentos y siempre me ataca con puño fino para entretener.

—Lo que sucedió esa noche... Estábamos ebrios así que...

No sé qué demonios estaba diciendo, se suponía que solo quería arreglar las cosas y seguía jodiendola.

Empecé a creer que solo quería una excusa para charlar con el.

—Se equivoca usted. Quizá usted lo estuvo pero no parecía estarlo.

—Lo que quiero decir es... ¿Está bien? me preocupa su estado después de que YoonGi-

—Que no le quite el sueño mi vida. Más bien si lo que le preocupa es que abra mi boca para perjudicar su matrimonio venidero, dispense. De mis labios no saldrá tal cosa.

Entonces nos miramos por unos segundos en los cuales parecía que no habían palabras por decir; sin embargo por mi parte no fue incómodo.

Se sentía bien mirar sus ojos en el silencio aquel.

Como flotar en el espacio apreciando la bella galaxia tan de cerca...

Bajé mis brazos.

—¿Porque no vuelve a la mesa y se ahorra él riesgo de que nos encuentren?

—Me aburren las conversaciones repetitivas.

Aclaré.

—¿No es eso tan vil, teniendo ahí a su futuro esposo?

—Tal vez.

Respondí.

Lo cierto es que mi loca alma había despertado en mí; el deseo de huir en mi coche hacia el mar por más lejos que estuviera.

Ya no quería estar ahí, en ésa situación.

Por un momento rondó mi mente abandonar todo.

Planes, amoríos e incluso dinero.

Perdiendo finalmente ganancias antes que recuperar lo que por años e intentado almacenar.

Ir lejos de aquí donde no hubiese muchedumbre y sus voces fueran nulas.