RED: Deseo Prohibido - [KookMin +18] by StellarMi

RED: Deseo Prohibido. Pag15.

Lunes por la mañana me encontré trotando por las escaleras mientras revisaba la hora en mí reloj.

Era cuestión de escasos minutos para la hora de partir. Hoy sería mí primer presentación a la empresa desde mí viaje.

—Para mí un batido de frutos rojos.

Escuché a Taehyung ordenar.

—Oh cariño, ahí estás. ¿Tú que vas a ordenar para desayunar?

—Un café estaría bien.

Últimamente he estado teniendo una especie de adicción al café, y no es una cualquiera; es específicamente al café que prepara Jimin, es la única persona que ha podido en verdad atraparme con una taza de té.

Además, el clima lo amerita.

Tomé asiento junto a la mesa, colocando mis gafas de lectura tomé el periódico enfocándome en leer.

Al fondo logré escuchar una discusión; algo así como una batalla entre caprichos contra pretextos, o no lo sé.

—¿Le añadiste zanahorias a mí batido? Pensé que al menos los colores los sabías, sin embargo no me sorprende viniendo de tí. Que asco, desechalo.

—No habían frutos rojos adrede a las manzanas.

—¿Y que importa? debiste ir por más al supermercado.

—¿Cómo puedo ir de compras sin dinero para la despensa?

JiMin escaló el tono de su voz.

Una especie de pataleta Taehyung hizo, un palmotazo en la mesa con molestia para luego dar zancadas marchándose lejos de nuestras narices.

Por otro lado JiMin hacía lo mismo en la cocina, escuché ruidos desastrosos entre menear utensilios y no se que más.

—Aquí tienes.

Dijo dejando pesadamente el té sobre la mesa.

~Quizá ahora vaya a desquitarse conmigo.

De hecho, es lo más probable.

—¿Está medio frío?

Pregunté echando un vistazo a la taza.

—Está caliente.

El respondió de malas.

—Pues ponle un cubo de hielo por unos cuantos segundos y me lo traes nuevamente cuando el término sea equilibrado.

Ignore su rostro y continué mí lectura, al cabo de un momento Taehyung apareció nuevamente en el comedor.

—Acá tienes la tarjeta, ve ahora mismo por la despensa.

Entonces Jimin inquirió en desacuerdo:

—Aunque quisiera, no conozco la ciudad, no se dónde está el supermercad-

—No te estoy preguntando JiMin. He dado una orden, te irás ahora mismo. No es como si tenga tu voz valor en ésta casa, yo soy el jefe tu eres un simple sirviente.

Conforme las palabras escupía de su boca; el nivel de volumen aumentaba.

—Cuando vuelva a bajar, no quiero verte más. —Dijo con firmeza, al chasquido de sus dedos exclamó:
—Muévete.

Dando media vuelta desapareció por la segunda planta otra vez.

A continuación Jimin apareció con mí té en manos para entregarlo tal como lo pedí, de modo que encogí el periódico para tomarlo.

Hice que la taza se estrellara contra el suelo a propósito.

—Ops. Ahora tendrás que limpiar.

Con voz entonada y falsa pena indiqué.