RED: Deseo Prohibido - [KookMin +18] by StellarMi

RED: Deseo Prohibido. Pag11.

Viernes por la noche:

Éste es el comienzo de una nueva vida definitiva.

Ha comenzado ya el recuento para la boda, cada vez se vuelve el entretiempo más corto y a penas me divide de ello unas cuantas horas.

Toc Toc Toc.

—¡Sorpresa!~

—...¿Jin?

Para mí fue extraño tener a Jin adentrándose en mi apartamento con unos cuantos six-packs de cervezas en sus manos.

Ha pasado casi exactamente una semana desde la cena de ensayos. Hoy es el último día de trabajo previo a mis vacaciones por celebración de bodas y la luna de miel posterior.

Salí del trabajo a eso de las dos de la tarde para verificar el orden del traslado con los chicos de mudanza.

Mí apartamento está casi vacío. Mis pertenencias han sido llevadas ésta tarde a la casa que compartiré con Taehyung.

Me encontré solo entre paredes vacías y mueblería desechada antes de Seokjin aparecer.

De modo que me encontraba tumbado en la cama sin saber que hacer.

—A que se debe ¿Está sorpresa?...

Pregunté confundido llendo tras él; más no queriendo sonar tajante.

—Oh viejo, éste es el último día en tu apartamento de soltero.

El continuaba su andar con tal confianza depositando los envases sobre la mesita del medio.

—Mientras tú futuro esposo celebra la despedida de soltero con sus amigos en el yate; tu y yo vamos a emborracharnos. Yo invito.

—¿Aquí?...

Seokjin se encogió de hombros como obviando la respuesta.

—¿Un destapador?

El desorden no era en lo absoluto un secreto.

La mayoría de la utilería será llevada para venta de garaje o dádiva. Entre éstos: sofás, tocadores, espejos, las cortinas de seda escarlata que elegí yo mismo entre otras cosas que no estarían en mis planes deshacerme de ellas de no haber sido petición de Tae.

—Hermano con suerte encontraré un vaso en éste calabozo.

Resopló.

—¿Y como te sientes?

El preguntó echandome un vistazo. Tomé asiento en la cama y sin pensarlo aclaré:

—Cansado.

—¿Seguro no estás nervioso?. Te noto distraído.

.—Solo me abruma un poco la ceremonia, es todo. Después se me pasará.

El asintió frunciendo los labios en concordancia.

—Jin.

—¿Heh?

—Gracias.

Para mi fue un gran gesto de su parte el haber venido, el tomarse tiempo para acompañarme en un momento en el que prácticamente no tengo a nadie.

—La verdad sólo busqué un pretexto para emborracharme.

Dijo buscando hielo en mi nevera.

Es él un bromista empedernido, de modo que me lo tomé a bien.

No le gusta mostrar afecto aunque en realidad es muy fraternal con sus gestos hospitalarios.

—¿Sabes que es lo extraño?