𝕺𝖓𝖊-𝕾𝖍𝖔𝖙❜𝖘 1.0

𝕿𝖊 𝖛𝖎 𝖛𝖊𝖓𝖎𝖗.

- Itachi Uchiha X Sakura Haruno -

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La tormenta que se estaba desatando hizo que la electricidad fallara, un apagón en todo el pequeño pueblo los dejo a oscuras por lo que restaba de la noche, y a penas eras las 8 pm. El viento soplaba fuerte, tan fuerte que las ventanas de una pequeña habitación se abrieron, rápidamente las cerró, esta vez con seguro, se le dificultaba un poco por su estatura pero aún así lo logró.

Fijo su mirada en una de estas ventanas y ya no hubo movimiento alguno.

— Sakura-chan... ¿Qué miras? —

La pequeña peli-rosa de 9 años reconoció esa voz a la lejanía, tan suave como la seda, destilada de ternura y amor puro, tan cálida, era la voz de su madre. Pero ella no respondió, seguía mirando a la nada, sin parpadear, parecía no respirar, era como si estuviera en transe, su madre solo la miraba en silencio.

Un parpadeo y ella regresó.

— Mami, tranquila la tormenta cesara en una hora, mañana arreglaran los transformadores y cambiaran el cableado que se estropeo, estaremos bien — dijo la pequeña peli-rosa con una enorme sonrisa, sus ojos volvían a tener brillo.

— Eso es bueno cariño — su madre acaricio su melena rosa y la peli-rosa se derritió por el toque tan cálido.

Sí, era normal que ella hiciera eso, era como si la desconectaran de este plano existencial, veía un punto fijo y no apartaba su mirada hasta que volvía a ser ella misma, risueña, soñadora y con un aura que podría tranquilizar al más alterado demonio.

— Es hora de dormir Sakura —

Una nueva persona se presentaba en aquella habitación, un hombre peli-rosa unos tonos más oscuros que los de su primogénita y ojos azules - su padre - se cruzo de brazos en la puerta de madera. Él era todo lo contrario a su madre, era serio y demasiado frio.

— S-si — susurró la peli-rosa y salió rumbo a su habitación, incapaz de ver a su padre a los ojos, siempre le tuvo miedo y hasta ahora no sabia la razón, era como si algo le dijera que su progenitor la odiaba.

Una vez la peli-rosa salió casi corriendo el peli-rosa miro a su esposa con cierto recelo.

— Deja de verme así Kizashi — le dijo la rubia de ojos verdes, su voz siempre con ese tono tan elegante, sin demostrar ni una sola preocupación.

—¿Sigue con esas historias locas? — su esposa no respondió — Deja de seguirle el juego Mebuki, a este paso nuestra hija se volverá loca, quiero que dejes de alentarla a estas estupideces — dijo y salió de la habitación.

— Pero... yo... le creo — susurró la rubia mirando por dónde había salido su marido.

No era cosa de solo seguirle el "juego" a su pequeña, ella siempre acertaba en todo lo que decía que pasaría, su primera palabra fue "Tío", un mes después su tío por parte paterna las fue a visitar, eso extraño a la rubia pero no le dio más importancia.

Cuando tenía 5 años ella dijo: "No debemos ir por esa carretera, habrá un deslave". 

Su padre quiso seguir, pero ante la insistencia de su esposa decidió desviarse, al llegar a su casa y ver las noticias ambos se impactaron, un deslave en aquella carretera que tomarían acabo con la vida de 10 personas, su padre decidió ignorarlo, entonces ella lo supo.

Sakura veía el futuro.

Todo coincidía, el como decía palabras a su corta edad que nunca le había enseñado, sus premoniciones sobre si llovería, si seria un día soleado, si su padre se iba de viaje. Todo lo veía, Mebuki se sentía la mujer más afortunada del mundo, su pequeña tenia un don único, de esos que solo se leían en cuentos o te contaban tus abuelos por leyendas que pasaban de generación en generación.