𝕺𝖓𝖊-𝕾𝖍𝖔𝖙❜𝖘 1.0

𝕰𝖓 𝖔𝖙𝖗𝖆 𝖛𝖎𝖉𝖆.

- Muzan Kibutsuji X Sakura Haruno -

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— ¡¡PELEEMOOOS!! — ese ensordecedor grito hizo que las aves a los alrededores emprendieran su vuelo.

Por el sendero se visualizaba a tres chicos, uno rubio, uno peli-rojo y otra que tenia puesto una cabeza de jabalí escondiendo su oscura cabellera. Hacia mucho que no viajaban juntos y al chico con cabeza de jabalí le quemaban las ansias por ver que tan bien han evolucionado sus compañeros.

— ¿Maldición quieres callarte? — susurró con la mandíbula apretada un rubio.

El de cabeza de jabalí soltó una estridente carcajada que fue interrumpida por su compañero.

— Chicos... ¿Se les olvida que estamos haciendo aquí? tenemos que terminar con esta misión cuanto antes, no tenemos tiempo para peleas ni distracciones, hay qué acabar con esto rápido para regresar a entrenar — dijo un peli-rojo deteniendo su camino para mirar a sus amigos.

Aún en la oscuridad del bosque Zenitzu e Inosuke pudieron ver su mirada impregnada de seriedad, ante estas palabras el rubio y el cabeza de jabalí guardaron silencio. El peli-rojo tenia razón, hace poco casi habían muerto en la misión del distrito rojo y Tanjiro una vez más había dado el máximo en la batalla en la aldea de los herreros, luego de esa misión empezarían con un entrenamiento con los pilares para desarrollar las marcas, no podían distraerse con banalidades.

— Lo sentimos — murmuró el rubio mientras que Inosuke solo miró en otra dirección.

El peli-rojo soltó un suspiro y justo cuando iba a hablar un cuervo lo interrumpió.

— ¡Este! ¡Este! ¡Hay un demonio en el este! — dijo agitando sus alas.

El trio de chicos intercambiaron mirada y luego de un asentimiento por parte de Tanjiro corrieron a una velocidad sorprendente yendo hacia aquella dirección.

Con tan sólo pisar aquella pequeña aldea un olor familiar sorprendió al peli-rojo y al cabeza de jabalí.

— Ese... ese olor... — pensaron ambos.

Gritos de horror se escucharon en una casa que por lo que veían, era la más grande de todas. Los chicos no necesitaron perder más el tiempo y arribaron el lugar.

— ¡Manténganse detrás de mi! — escucharon decir de una voz femenina con temor entremezclado.

— Esa voz, yo... ya la he escuchado — pensó Inosuke abriendo los ojos atreves de su máscara.

Justo en ese momento lograron ver cuatro demonios, estos rodeaban a los pocos aldeanos que sobrevivieron a su ataque, estaban arrinconados detrás de una mujer. A pesar de que se podía ver el temblor en sus manos, estas sostenían una katana apuntando en dirección a aquellos seres, y aunque ellos no podían verlo, en sus ojos se podía ver el miedo y la desesperación pero había algo que relucía aún más... la determinación y el deseo por proteger a aquellas personas.

— Hueles delicioso, me imagino si sabrás igual — dijo uno de aquellos demonios.

El demonio dio dos pasos y la mujer estaba a punto de atacarlo pero en un sólo parpadeo la cabeza del contrario se desprendió.

— Pe-pero ¿Q-que? — susurró incrédula la mujer.

Las personas estaban horrorizadas y sus gritos cesaron en cuanto tres cabezas más cayeron de los otros demonios sin darles tiempo de hacer un movimiento más dejando a todos los presentes atónitos, ni siquiera su líder había podido con esos seres, cada que ella les cortaba una extremidad estas se regeneraban.