𝕺𝖓𝖊-𝕾𝖍𝖔𝖙❜𝖘 1.0

𝕮𝖚𝖑𝖕𝖆𝖇𝖑𝖊.

- Naoto Tachibana X Sakura Haruno -

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【Naoto-kun es todo un hombre, un hombre honorable.】

【Tachibana-san, usted es admirable.】

【Un honor trabajar con usted Tachibana-san. 】

【 Él es un hombre correcto, el más honesto que he conocido.】

Esas frases siempre le decían, a veces pensaba que exageraban, pero en parte era verdad. Un hombre honorable, siempre hacia lo correcto, cuidaba de su hermana, de su madre, hasta del llorón de su cuñado. Ellos eran todo para él.

Siempre se mostraba respetuoso pero sin dejarse humillar, con un semblante serio pero con una mirada neutra, una sonrisa encantadora aunque recatada, muy pocos tenían el lujo de verlo sonreír ampliamente, sus sentimientos estaban sellados una vez su turno en la oficina comenzaba.

A la corta edad de 25 años ya era reconocido como el mejor detective de todo Tokio, Naoto Tachibana era respetado e idolatrado en las fuerzas policiales de Japón, nunca había cometido un solo error, su expediente era pulcro y su reputación intachable.

Para muchos era el elemento perfecto, atrapar a los delincuentes más buscados por el país nunca había sido tan fácil hasta que él había llegado.

Pero para él no era suficiente, siempre pensó que ser un gran y famoso detective era lo mejor que le podría haber pasado, bueno... no era como lo esperaba. Amaba su trabajo pero cuando finalizaba el día nadie lo esperaba en casa, nadie lo acompañaba a comer, nadie le preguntaba sobre su día, nadie lo reconfortaba por las noches y por supuesto... nadie le hacia el amor.

Amor... esa era una palabra que nunca había estado en su diccionario, no al menos que se refiriera al fraternal.

Siempre se preguntó que se sentiría amar y ser amado, que con solo verlo tu ser entero dejara de poner atención al resto del mundo, alguien que hiciera tus días más alegres y la vida más completa. Cuando veía a su madre sonreír por el recuerdo de su padre, cuando escuchaba a su hermana reír por las estupideces de su cuñado era cuando se preguntaba: ¿Por qué era tan difícil encontrar alguien a quien amar?.

En la niñez no recuerda alguna niña que le llamara la atención, en la adolescencia salió con una chica, fueron tan sólo dos meses, con el pasar del tiempo dejo se sonreír cuando la mencionaba, la "magia" se había ido y termino con ella, los años pasaron y nadie nunca llenó sus expectativas. Su madre decía que era muy exigente, su hermana decía que no se precipitara, que el amor se daba por si sólo cuando menos te lo esperas, que llegaría de la forma en que menos se lo esperaba.

Él pensaba que no necesitaba de nadie, se resignó y nunca volvió a involucrase en esos temas, se enfocó al 100% en sus estudios y aunque estos dieron frutos, seguía sintiéndose incompleto.

Eso hasta que ella llegó a su vida y fue la primera vez que se sintió completo, que se sintió vivo, pero como si el maldito destino fuera su peor enemigo... algo le impedía avanzar.

— Mierda... sí — gruñó, su voz sonaba tan ronca que no se reconoció.

Unos ojos verde jade lo miraban desde abajo, las mejillas manchadas con un tenue rosa, su pequeña boquita encerraba su miembro, los suaves labios habían dejado manchas de su labial desde su abdomen, hasta en sus testículos, y la cabellera larga y rosada era apretada con fuerza por una mano más grande hecha puño, su mano.

Ella gimió continuando con su labor, la vio apretarse uno de sus rosados pezones y entonces él sintió una descarga recorrerlo, un cosquilleo en su abdomen, estaba llegando al clímax y los sonidos de su polla entrar y salir de la boca de aquella fémina no hacían nada más que alentarlo a hundirse con más fuerza, y lo hizo, a ella lejos de molestarla pareció encenderla más, la húmeda y tersa lengua toco un punto sensible en él y soltando un gemido ronco disparó su semilla en ella.