Habrían sido unos días realmente malos en su casa, siendo ya el tercer día consecutivo en que salía de su habitación en medio de la noche, viendo a su madre inconsciente en el suelo, rodeada de pequeños charcos de sangre a su alrededor.
Ese día realmente no tenía intención alguna de regresar para vivir aquella pesadilla, por lo que enviaría un simple y breve mensaje:
< Nos vemos mañana, hoy me quedaré con los chicos en casa de Dina. >
No era falso que se habían reunido para acabar con un proyecto que les había dejado la profesora de español, por lo que entre distracciones y discusiones acabarían casi al caer la noche, recostándose unos sobre otros en el suelo a conversar un rato.
Cómo cualquier otro grupo de amigos hablarían sobre otros estudiantes, profesores, anécdotas y demás mierdas típicas. Sin embargo, aquel escenario se vería distorsionado cuándo todos se levantaron a la vez al sentir un aroma extraño proveniente de la esquina de la habitación; allí, el pelirrojo se tensaría un poco al observar cómo su mejor amigo, Mathias, consumía aquella famosa droga entre los adolescentes.Dos de las chicas del grupo se acercarían con curiosidad para probar, alardeando de su rebeldía y pasando el cigarro entre las manos de cada miembro, siendo Jayden el último, quien con mucha duda daría una pitada, ahogándose con el humo. Al principio y cómo era de esperarse ninguno sintió los efectos, por lo que comenzaron a poner un límite de minutos para que cada uno lo posea, comenzando a reír y tropezar al sentir los primeros efectos...y sería allí, cuándo todo se derrumbó.
Dina revisaría la mochila de Math a fondo, descubriendo que no eran aquellas hojas lo único que traía consigo, observando dentro de una pequeña bolsa un polvo blanco junto a varias jeringas con diversas etiquetas; dejando caer todo sobre una mesa para que cada uno agarre lo que quiera, decidiendo al unísono ir todos a por las agujas.
El pelirrojo tendría en posesión una de la cuál no supo leer correctamente el nombre, sin embargo, no tendría el valor suficiente para inyectarse, por lo que en un rápido movimiento uno de los chicos se la arrebataría e inyectaría en su muñeca aquel líquido, recibiendo un fuerte golpe a cambio.No pasarían muchos minutos antes de que todos estén totalmente idos, arrastrándolo a una pregunta "¿Así se siente ser feliz?", se sentía tan emocionado y completo cómo jamás lo había hecho, se sentía mejor que nunca y cómo alguien totalmente capaz de hacer cosas que jamás haría. Ahora, era valiente, fuerte y gracioso, ahora era aquel con quien siempre soñó ser.
De un momento al otro irían por la etapa final, esnifando la mayoría aquel polvo sobre la mesa. Ahora sí, sin duda alguna, era lo más increíble que le podía ocurrir.
Bailar, cantar, jugar, gritar, pelearse, reír, llorar, coger...todo, absolutamente todo lo harían bajo los efectos de cada mierda que se habían metido en el cuerpo, ninguno siendo consciente de sus acciones o sobre quien carajo eran en el momento.
Al día siguiente despertarían totalmente deprimidos, hambrientos, ansiosos, culpables y demás sensaciones. Observarían con atención el desastre que habían hecho, culpando unos a otros de haber roto varias cosas importantes.
Algunos se encargarían de limpiar, otros se sentarían a procesar un poco de lo ocurrido, y otros continuarían consumiendo lo que quedaba. Por su lado, Jayden tomaría su móvil, observando que tenía muchas llamadas perdidas de sus padres, al igual que un cúmulo de mensajes dónde cada vez se veían más enfadados. Todo lo que había ocurrido era demasiado para su mente, por lo que echo un bollo en sí mismo rompería en llanto, siendo abrazado con cariño por Ashley; aquella a quien consideraba su mejor amiga y agradecía cada segundo tenerla siempre con él.Al regresar a casa daría muchas vueltas sobre qué decir, cómo actuar y demás, tomando el coraje de entrar y enfrentar la situación sin más. Cómo era de esperarse acabaría discutiendo con sus padres por aquel mensaje sin permiso, sin explicaciones, no contestar llamadas y aún peor, su apariencia tan desastrosa y sospechosa.
De todas maneras, aquello no le molestaría tanto, sino los comentarios de su padre despreciándolo y llamándolo cosas cómo "basura, imbecil, inservible" y demás, apodos que llevarían a su madre a discutir con él. Ya sabiendo lo que se vendría se apresuraría a caminar hasta su habitación, cerrando con un portazo al escuchar el primer golpe, dejándose caer tras la puerta, totalmente estresado y agotado de no saber que hacer, y sólo llorar cómo un niño pequeño.Tratando de distraerse comenzaría a acomodar las cosas de su bolso, observando al fondo un pequeño paquete con más de aquellas drogas...siendo sincero, sí deseaba volver a sentirse tan feliz cómo la noche anterior, por lo que tras vueltas y vueltas para tomar una decisión acabaría por cerrar la puerta con seguro, poniendo algo de música para cubrir cualquier sonido extraño que pueda hacer bajo los efectos.
Deseaba algo rápido, por lo que guardaría los cigarros en uno de los cajones de su armario, poniendo un poco de aquel polvo sobre su escritorio, repitiendo sus acciones anteriores y recostándose a esperar la felicidad.

ESTÁS LEYENDO
Jayden.
Cerita PendekEscritos sobre Jayden e ideas a tener en cuenta. [Ignorar, por favor].