— Hijo, cariño, ¿acaso piensas sobre lo que estás haciendo con tu vida?, quiero que veas lo arruinado que estás, el daño que te estás haciendo día a día...tú ya no luces cómo aquel niño al que yo dí a luz hace muchos años.
La voz de aquella mujer estaría totalmente rota, dejando caer lágrimas al suelo mientras se acercaba para abrazar al chico, quien retrocedía a cada paso de ella.
— Michelle, a ti te importa una mierda lo que yo haga, eres peor que él, así que sólo déjame en paz y dame el puto dinero o iré a conseguirlo yo mismo.
Cada palabra sería cómo un apuñalada, la cuál dolía una más que la otra, pero ninguna superando aquel tono de desprecio con el que pronunció su nombre. Dando un largo paso se acercaría a darle una fuerte bofetada, mirándolo realmente furiosa.
— ¡Eres un idiota, claro que me preocupa! ¡Eres tú el que no me deja acercarme y ayudarlo, eres tú el que pasa el día en la calle pidiendo dinero para drogas en vez de contarme lo que piensas o sientes!...Jayden, estoy cansada, tan cansada que cada vez que respiro siento que pierdo años de vida, y verte así lo único que hace es que pase horas encerrada en la habitación llorando sin saber cómo ayudarte a salir de eso sin el riesgo de que estés drogado e intentes matarte.
Sin embargo, aquellas palabras no harían mucho efecto, simplemente resultarían en un fugaz y efímero abrazo por parte del menor, acompañado de un gran portazo el cuál desde ya, sabía que podría durar días, para que simplemente regrese en busca de refugio o más dinero. Sin duda, comenzaba a cuestionarse si aquel cadaver andante continuaba siendo su hijo.
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Jayden.
Historia CortaEscritos sobre Jayden e ideas a tener en cuenta. [Ignorar, por favor].