××Cap Final (P1)××

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Pasaron horas, los tres chicos ya se hallaban en un transporte, hace un rato que el sol había salido así que pudieron mirar todo el recorrido con claridad y calidez pues siempre los amaneceres solían ser fríos, aunque el peliverde ya no podía gozar de ese privilegio. La nueva ciudad parecía ser bastante tranquila apesar de que tenía un gran porcentaje de población.

—¿Estarán bien todos...?- cuestionó el peliverde con preocupación mirando a sus acompañantes.

-Seguro que sí, probablemente salga en las noticias el atentado- le respondió con serenidad el bicolor mirando por una de sus ventanas, aunque no lo mostraba también se hallaba bastante intrigado con lo que habría pasado luego de ver a su padre llegar.

-¿Falta mucho?- preguntó el rubio algo irritado llevaban ya más de dos horas sentados y le urgía estirarse, además de que el hambre comenzaba a hacerse presente.

-Mínimo una hora-

-Mierda...- susurró el rubio echando su cabeza hacia atrás.

-Tal vez hagamos una parada más adelante- el ojiverde trató de animarle con una suave sonrisa recargandose sobre su hombro -Tengo hambre...- murmuró para si mismo, estaba dubitativo en sí ahora tendría que tomar solo sangre o si aún podía deleitarse con la comida normal.

Tras llegar al sitio...

El rubio y el peliverde bajaron somnolientos, sin embargo antes de que el sol lograra darle al peliverde el bicolor corrió para poder colocarle una sudadera de manera que cubriera su rostro -Recuerda que ya no te puede dar el sol de manera directa- dijo en voz baja acunando el rostro del ojiverde, se cuestionaba si había hecho bien en condenarlo a ya no poder disfrutar de sus privilegios.

-Gracias...- sonrió por lo bajo sobre poniendo sus manos sobre las del bicolor para así retirarlas y mirar a ambos chicos -Vámonos, quiero comer algo.-

-Claro- dijeron al unísono y entonces se movieron primero al departamento donde el encargado ya les estaba esperando.

-Si se les ofrece algo no duden en decirme- dicho esto el encargado dejó las llaves en la barra y se retiró tras recibir gratitud por parte de los chicos.

-¡Es bastante lindo y espacioso...!- exclamó el peliverde con ánimo acercándose con cuidado a los ventanales.

-Me alegro que te gustara- respondió el bicolor observando la acción adversa y desvió la mirada, le hacía sentirse culpable el verle ahora tan reprimido de sus acciones.

-¿Y qué quieres comer?- preguntó el rubio arrojándose al cómodo sillón y extendiendo sus piernas sobre la mesa de centro, el bicolor lo miró y de inmediato frunció el ceño.

-¡Baja tus pies!- ordenó con voz firme y señalando sus piernas -Maltratarás los muebles-

El rubio hizo caso omiso y muy por el contrario se extendió aún más logrando molestar aún más al bicolor, cuando éste se iba a poner en acción el peliverde lo detuvo y se dirigió al rubio donde sin permiso alguno alzó las piernas adversas y las bajó del mueble -Viviremos juntos por mucho tiempo, hay que sobrellevarnos, ¿bien?- sonrió con amabilidad a ambos chicos, quienes sin palabras por el reciente acto sólo se limitaron a asentir -Me gustaría comer un ramen o un teriyaki, a decir verdad da igual, sólo quiero comer algo- dijo esto último entre risillas.

-Empecemos con algo ligero, aún no sé si tu estómago asimilará la comida, hay vampiros que no pueden comer nada y hay otros que los toleran bastante bien, vayamos al restaurante que está a unas calles de aquí- comentó con una pequeña sonrisa y entonces tomó a ambos chicos de sus brazos para jalarlos fuera del departamento y así comenzar a caminar hacia dicho lugar.

××Rojo carmesí××Donde viven las historias. Descúbrelo ahora