El pueblo de Encanto cada día tomaba más forma. Desde que Mirabel estaba a cargo muchas profesiones y familias nuevas llegaban al lugar industrializado el pequeño pueblo que poco a poco dejaba de ser tan pequeño.
La pequeña María estaba con total seriedad y concentración hilando una prenda entre sus manos ya que una de las aficiones que le había heredado su madre era la de hacer ingeniosos bordados en la ropa de los que más quería. En este caso bordaba un ojo amarillo, unas gotas de agua y unas alas rojas en la ruana de su querido tío Bruno.
Del cielo cae entonces su hermano quien rápidamente se acomoda en el regazo de su hermanita, quien automáticamente deja de hacer lo que hace para mirar la expresión de aburrimiento del niño.
—Mari estoy aburrido—Le dice Domingo sin apartar la vista de ella, quien alza una ceja.
—Pues ve a hacer tarea. —Le contesta ella tapando el rostro de su hermano con la prenda que volvió a coser.
—No seas así, vamos, juguemos algo. —Pidió sin apartar la prenda de su rostro.
—¿Que propones? —Pregunta ella rendida a las peticiones de su hermano.
—Juguemos a la lleva. —Propone, levantándose para verla con alegría.
—Pero solo somos dos. —Recuerda ella, a lo que Domingo busca con la mirada a su al rededor, sonriendo al reconocer a alguien.
—Pidámosle a mamá que juegue con nosotros, luego traemos a Ángel y ya. —María asiente emocionada por jugar con su mamá y ambos niños se acercan a la mujer.
Por su lado, Mirabel está sumamente ocupada pues gracias a Dios el gobernador había hecho caso a sus palabras y las obras de reconstrucción de Encanto habían comenzado, supervisándolas casi con lupa, sin embargo, esa era realmente la menor de sus preocupaciones.
—Mirabel, Isabela está colocando sus plantas venenosas cerca de mis animales—Comentó un habitante del pueblo cuando ella pasaba por ahí.
—Hablaré con ella—Responde rápidamente, eso parece tranquilizar al hombre.
—Mirabel, Camilo sacó a mi hijo del grupo de teatro, no me parece justo, las cosas eran mejor cuando Bruno era quien lo dirigía—Despotricaba una mujer enojada.
—Emili, tu hijo rompió todos los vestidos que hice para la obra teatral solo porque no tenía el papel protagónico, si no quieres que se le prohíba otras actividades edúcalo mejor—La voz severa de Mirabel hizo que la mujer diera un respingo y se quedara quieta, dejándola seguir con su camino.
—Mirabel, las últimas lluvias de Pepa hicieron que el rio se desembocara, está empezando a llegar a las casas. —Una joven alarmada llegaba a ella, pero Mirabel no pareció afectada.
—Dame 20 minutos y le diré a Luisa nos que ayude a crear algunos canales de agua, mientras tanto usa una escoba.
—Gran idea, gracias Mirabel—Y sin más se fue alegre, en cambio, la muy nombrada Mirabel dio un suspiro para luego masajearse las cienes.
—Mami, mami—Llegaba María junto con Domingo.
—Por favor, díganme que no pasó nada malo—Susurró ella bastante atareada por tantos problemas.
—No, solo queremos pedirte que juegues con nosotros a la lleva mamá—Comentó Domingo volando hacia el rostro de la adulta y dándole un beso en la mejilla.
—Si, hace mucho tiempo que no juegas con nosotros—Recordaba María algo triste. Mirabel se sintió algo mal por ello, se agachó para quedar a la altura de los niños.
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Pecadores Imperfectos | MiraBruno
FanfictionImagen temporal de portada, la imagen es de @double_blind en Twitter ¿Por cuanto tiempo se puede esconder un secreto? ¿Puede un pecador ser perdonado? ¿Qué pasará con los hermosos frutos de aquel pecado dulce? ¿Serán ellos arrastrados también?