Intenciones

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La ceremonia por fin había terminado, era bastante tarde en la noche y Mirabel estaba totalmente agotada, sin embargo, como todas las noches estaba arropando a sus tres pequeños en la habitación de María ya que a los tres pequeños no les gustaba dormir por separado así que cada noche se turnaban para dormir en el cuarto de cada uno, juntos. La habitación era una hermosa cueva con fragmentos de esmeralda por todos lados, en uno de los lados había una figura de la niña con los ojos cerrados y una sonrisa tranquila, de sus ojos cerrados salían dos pequeños riachuelos que atravesaban el cuarto.

—Niños, hoy no les puedo contar un cuento porque ya es muy tarde, pero les prometo que mañana les contaré dos—Le decía con ternura la adulta mientras basaba la frente de sus tres niños, quienes ya se hallaban cómodos en la cama de la hermana.

—Mami, ¿puedo preguntarte algo? —Pidió con timidez la pequeña, Mirabel acarició su cabello rizado mientras asentía—¿Por qué tenías que invitar esas personas de afuera? —Mirabel se tornó confundida por la pregunta, pero rápidamente se acomodó mejor en la cama para que los tres la escucharan.

—Bueno, como saben aquí en Encanto no nos hace falta comida, ropa, agua u otros recursos importantes, es un lugar muy prospero gracias a la magia...—Los tres niños asintieron, atentos—pero durante 60 años nos hemos estancado, no tenemos ciencia y apenas tenemos educación, es por eso que necesito que el gobernador nos brinde recursos como electricidad, gas o gasolina; con estos tres recursos podremos hacer que el trabajo de muchos sea más rápido y nuestra calidad de vida mejorará.

—¿Pero no podías solo enviar una carta pidiéndolo? —Preguntó Domingo de pronto.

—Yo leí en un libro que esas cosas que dices son para todo el mundo, ¿no se supone que no necesitas pedirla, solo te la dan? —Aportó Ángel, Mirabel suspiró mientras se recostaba un poco con cansancio, organizando como explicarles la cruel realidad a sus bebés.

—Verán, fuera de Encanto las cosas no funcionan como aquí, las pocas veces que he salido me han dejado ver que afuera las personas que administran esos recursos que necesitamos no les importa realmente que los derechos que leíste se cumplan—Respondió mirando a Ángel—A ellos solo les importa ver quien tiene mayor poder sin importarle el resto... es por eso que, al parecer, se sienten amenazados con los dones de esta familia, tienen miedo de que este milagro pueda afectar su poder. Es por eso que los invité, para que vean que no somos enemigos y que mientras nos brinden los recursos que necesitamos podríamos ayudar también en el futuro.

—Okey...

—Si...

—Ya entendimos.

Los tres niños miraron con una sonrisa a su mamá, la mujer nuevamente les dio besos a los tres, luego empezó a apagar las velas que había al rededor para que sus niños pudieran descansar. Los tres pequeños escucharon los pasos quebradizos de su mamá por el pasillo de Casita, cuando ya no escucharon más, rápidamente se levantaron y encendieron una vela junto a la mesita de noche que traían.

—Bien, creo que es obvio que ese estúpido gobernador quiere algo con mamá, es por eso que necesitamos un plan para que no se acerquen. —Dijo Domingo rápidamente, extendiendo sus alas y volando encima de la estatua de su hermana.

—Si, sí. Mami no puede estar con nadie hasta que papi vuelva. —La pequeña María se notaba decidida, unas pequeñas gotas salían de sus ojos—Nosotros no necesitamos a ningún papi sustituto.

—Exacto, si mamá no se ha casado aun a pesar de todos los tontos de este pueblo que lo han intentado es porque seguramente sabe que papá vendrá y se casará con ella algún día. —Volvió a decir Domingo.

—Yo solo espero que venga pronto, no quiero crecer como la abuela Julieta, el tío Bruno y la tía abuela Pepa—Aportó Ángel escondiendo su rostro entre sus rodillas.

Pecadores Imperfectos | MiraBrunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora