ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ-ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

Genya

"No creo que tengas nada de qué preocuparte, Genya," le aseguraste a tu mejor amigo mientras caminabas con él por la escuela.

Hoy era el torneo de tiro con arco y sabías que estaba nervioso, pero era el mejor arquero que conocías. Solo sabías que los nervios de Genya provenían más de la desaprobación de su hermano; Sanemi era el profesor de matemáticas y a menudo le gritaba a su hermano menor por ser malo en matemáticas. Sin embargo, hiciste todo lo posible para ayudar a Genya con las matemáticas, siendo bastante buena en eso. Simplemente no querías que se sintiera como un fracaso.

Genya dejó escapar un suspiro y te miró con una suave sonrisa en su rostro. Puede que pareciera un tipo rudo, pero en realidad no lo era.

"Sí, pero tengo esta sensación de vacío en el estómago", admitió con el ceño fruncido.

Sonreíste y agitaste un poco la mano. "Eso son solo nervios, pero eres el mejor arquero que existe".

Genya no pudo evitar reírse. "¿Estás diciendo eso porque soy tu mejor amigo?"

"Nunca lo haría", bromeaste y sonreíste dándole un ligero codazo. "Te veré en el torneo, ¿de acuerdo? Si alguna vez te pones nervioso, encuéntrame entre la multitud", dijo en voz baja y se inclinó para besar su mejilla suavemente. Le diste una última sonrisa y te marchaste, sin ver el rubor que llegaba a sus mejillas.

Te paraste frente a la multitud, observando a Genya prepararse para el torneo. Básicamente, eras su animadora personal, pero sabías que eso lo motivaba, ya que él no obtuvo esa motivación de su hermano.

La multitud parecía estar en silencio mientras esperaban que Genya pasara la ronda final. Tenías las manos juntas sobre la boca mientras mirabas atentamente, con los ojos muy abiertos cuando recibió el tiro ganador.

"¡Buen trabajo, Genya!" Lo llamaste con una amplia sonrisa en tus labios y te reíste cuando te miró, una sonrisa apareció instantáneamente en su rostro.

Estabas en primera fila, viendo a Genya recibir su certificado, con una amplia sonrisa en los labios aunque fruncías el ceño al ver a Sanemi subir al escenario. Te quedaste boquiabierto cuando tomó el certificado y lo rompió, la multitud miraba con incredulidad.

"¡A quién le importa esta mierda, aprende tus malditas matemáticas!" Sanemi le gritó a Genya antes de marcharse.

"Genya", susurraste, todos miraban fijamente al pobre niño que estaba temblando en el escenario.

Caminaste a un lado y esperaste a que él se acercara y tan pronto como lo hizo, le diste un fuerte abrazo. La diferencia de altura era significativa, tu cabeza solo llegaba a su pecho.

"Está bien", susurraste y lo miraste, colocando una mano en su mejilla con el ceño fruncido. "Sanemi puede no pensarlo, pero eres el mejor tirador de todos los tiempos. Te merecías ganar el primer lugar. Nunca dejes que te deprima —le aseguraste con una pequeña sonrisa mientras soltabas lentamente el abrazo y tomabas sus manos entre las tuyas. "Ahora, ¿qué tal si vamos a buscar un regalo para que te sientas mejor?"

Genya sollozó un poco y una pequeña sonrisa apareció en sus labios, asintiendo un poco. "Gracias por estar aquí, T/N. Eres mi amuleto de la buena suerte", dijo y comenzó a caminar contigo.