MAPHIA (HYUNGWONHO//2WON)

8. Im Changkyun

Se sentía un inútil. Tenía tantas ganas de llorar de solo ver la nuca y espalda de Hoseok en la parte delantera del auto. Ni siquiera sabía que había ocurrido con T, se supone que él lo esperaría, ¿no iría a buscarlo?

El auto se detuvo de pronto en un lugar desierto, Hoseok y Changkyun bajaron y por el retrovisor los vio acercándose a otra camioneta. De esta salió un hombre, se acercó a ambos y de pronto soltó un golpe contra Hoseok. La sorpresa de Hyungwon era tanta que incluso dio un pequeño brinco, a diferencia de Changkyun, que cuando Hoseok cayó al suelo, él ni siquiera giró su vista, no se movía, parecía tener miedo. El hombre dijo un par de cosas y entonces Changkyun volvió a la camioneta, bajando al más alto. Lo llevo hasta el señor y este rió un poco.

—¡Un gusto, por fin conozco a mi yerno! —Hyungwon no decía nada, así que la sonrisa del hombre se desvaneció. — Hoseok, ¿no pudiste buscar a uno más amable? —El mencionado seguía en el suelo, tocando su nariz de la cual salía un poco de sangre, y en eso se puso de pie. — Venían a matarte y, ¿aún así le perdonaste la vida?

—No sabe lo que hace, dejémoslo ir, no dirá nada.

—Oh, ¿eso te dijo? —Los ojos del contrario se abrieron grandes, y entonces negó. — Fue lo mismo que nos dijo su madre y como no cumplió, la tuvimos que callar.

El cuerpo completo de Hyungwon se sintió caliente. Sentía su sangre hervir, incluso podía decir que si era posible ver rojo en ese momento.

Por algo se le había permitido ir a Hyungwon, ¿no? Si bien, era verdad, Hyungwon no usaba armas contra humanos, pero sabía usarlas. Para lo que era bueno, era para pelear. Con sus manos amarradas frente a él, formó un puño y golpeó la cara de Changkyun quien estaba tras de él, empujó a Hoseok y como pudo, alcanzó a sacar nuevamente esa arma que había quitado antes. El arma daba justamente hacia el hombre mayor quien ni siquiera tenía sorpresa en el.

—No hable de mi madre. —El recargó de otra pistola sonó. Giró su vista y Fai estaba ahí, apuntándole.

—Siempre estamos un paso delante. —El arma de Hyungwon dio la vuelta apuntándose a él mismo.

—Yo no daré la satisfacción de mi muerte a ustedes.

—No vas a morir en nuestras manos, muchacho. Llévatela si quieres, no vamos a matarte, vas como recordatorio a tu padre. —El señor puso su mano en el hombro de Hoseok quien miraba al suelo. — Es un regalo para mi hijo. Changkyun, pon atención y llévatelo.

•

No volvió a verlo.

Todo el camino en auto no volvió a siquiera escuchar su nombre. No sabía muy bien a dónde iba ni con quien iba, pues estaba recostado en la parte de atrás. Realmente nunca le quitaron el arma, y eso era preocupante.

De vez en cuánto su cuerpo brincaba por obstáculos en el camino pero no se quejaba, su cuerpo ya estaba adormecido. Cuando estuvo apunto de... quién sabe, desmayarse o dormirse, el auto se detuvo. Una de las puertas ya estaba siendo abierta. Se le jalo de las piernas haciéndolo caer una vez más y esperaba ser la última, de rodillas.
Cuando subió la vista, casi lloro. La puerta de su casa estaba ahí... su casa de verdad, no aquel departamento. Sus manos fueron desatadas y obligado a ponerse de pie. Giró su vista y ahí estaba Changkyun.

—Entra y dile que mataste a Im Changkyun.

—¿Crees que me va a creer en la condición que vengo?

—Que suerte tienes en haberte cogido a Hoseok, siendo cubierto en todo. Que entres y le digas que mataste a Changkyun con esa arma que robaste. — El menor empujó el brazo haciéndolo moverse. Antes de irse, desató sus manos entonces subió al auto y arrancó. Miró hacia abajo, hacia sus manos, ropa, brazos, todo, y pudo ver la mala condición en la que estaba.

Como pudo, entró a esa casa que conocía. Apenas dio un paso dentro, soltó un gran suspiro, no sabía cómo iba a explicárselo a su padre.
Fue hasta donde sabía que iba a estar.

—Papá. —El hombre sonreía, pero al verlo, rápidamente se puso de pie y caminó hacia él.

—¡Hyungwon! ¿Qué ha pasado?

—Creo que... creo que lo hice. —El hombre lo acurruco en sus brazos. — Creo que mate a su hijo.