𝑱 - 𝑺𝒊𝒅𝒆

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Casi no veía nada

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Casi no veía nada.

Mis lágrimas habían nublado mi vista.

Después de huir, y sentarme bajo un árbol; sinceramente no esperaba nada. Tampoco es como si hubiera pensado en que hacer después. Aún menos pensé que alguien tan si quiera se me acerque.

—Hay que limpiar tu carita.

Cuando escuché eso, me quedé como paralizado. En verdad ya no sabía lo que estaba sucediendo.

Entre mi vista borrosa, mi cara llena de lágrimas secas mezcladas con harina, el ambiente frígido, y que ya estaba oscureciendo. Solo pude pensar que el chico delante de mi, al que conocí hace menos de doce horas, parecía como un ángel.

—¿Jihoon estás ahí?

En el cielo quizás.

Y me abrazó.

Fue de los abrazos más cálidos que tuve en mi vida.

Acababa de ver una de las escenas que nadie quisiera cuando estás enamorado, y todo eso, al parecer, en este preciso momento, lo había dejado de lado y solo miraba hacia al frente. Miraba a Hyunsuk.

Y cualquiera diría que soy un idiota, pero creo que conocer a ese extraño-ya no tan extraño chico el día de hoy, fue lo mejor que me ha sucedido en un buen tiempo.

—Hyun- Hyunsuk, no es... No es necesario —Estoy intentando formular una oración mientras lloro y moqueo.

—Shhh.

—Si quieres te puedes ir, yo n-no te estoy obligando

Pero claro que quería que se quedara. Me hago del rogar en los peores momentos, pero sin eso, no seguiría siendo yo mismo, Jihoon.

—Okey, entonces a tanta insistencia, me quedaré.

Lees mi mente.

Terminamos el abrazo. Intenté limpiar mi cara con la manga de mi polera.

—Vamos, párate.

Movi mi cabeza de derecha a izquierda.

—¿Entonces qué haremos?

Alcé mis brazos esperando que me ayude a levantarme.

Y así sucedió. Pero también recibí otro abrazo. Podría acostumbrarme a recibirlos cada día.

—Todo va a mejorar.

—Eso quiero.

Y Hyunsuk empezó a caminar. Yo solo lo seguí.

Caminábamos a la par. Dos chicos, llenos de harina, avanzando sin rumbo alguno. O al menos así lucíamos a mi parecer.

—Hey, Jihoon.

Emití un sonido que confirmaba que le estaba prestando atención.

—Quiero que sepas que, aunque apenas nos conozcamos, si necesitas algo... Cualquier cosa... Yo, yo estaré para ti.

Y bajó su mirada.

—Gracias.

Pasamos un rato en silencio.

—No quiero ser una carga para ti. No quiero abusar de tu confianza. Nosotros no nos conocíamos ayer —Mi voz se quebraba poco a poco—. Pero yo quiero ser tu amigo. Por favor, olvida todo lo que viste hoy..... y-y... y hagamos todo desde cero de vuelta. Eres una gran persona. Muy genial.

—¿Por qué debería olvidar lo de hoy? Si pude conocerte a ti, y eso fue bueno. Un chico que pone toda su alma en lo que le importa, que se emociona de una forma linda y me cae muy bien —suspiró—. No pienses en ti como una carga... Tonto.

No lo niego.

Paró en seco.

—¿Amigos? —extendió su meñique hacia mi.

-¿Tú haces amigos así?

—Jihoon —alargó la ultima vocal de mi nombre. Traté de que no suene tan fuerte mi risa.

—Amigos.

Y empezó a correr. Lo seguí otra vez, y entendi que corrió porque estábamos cerca a la cafetería. Entonces, también dos de mis neuronas conectaron.

Doyoung, oh Doyoung. Ese era el nombre de mi problema ahora.

Me había mandado por cosas para la cafeteria, y no solo me demoré, si no que esa harina se me cayó y ahora estaba esparcida en mi, en Hyunsuk, en una calle. Y hablando de Hyunsuk... Técnicamente me lo llevé. Se quedó conmigo, y Doyoung no quería perder a más personal de la cafetería.

—Y si mejor no entro....

Pero Hyunsuk me arrastró adentro.

Solo unos pocos clientes quedaban y al parecer ya estaba por acabar el horario de atención.

—Por fin aparecen.

¿Será que ahora recibiré un sermón?

—Chicos, me hicieron preocuparme demasiado. ¿Acaso no pensaron en llamar o algo? Y ¿Por qué rayos están bañados con harina? ¿Sucedió algo? ¿Les robaron? ¿Qué sucedió? ¡Exijo una explicación! Sobre todo de tu parte Choi Hyunsuk.

Dijo todo eso tan rápido y con el tono de una madre preocupada.

—Doyoungie, por favor cálmate. Lo importante es que estamos los dos aquí, y estamos bien. Al menos físicamente. Y no, no nos intentaron robar. Sucedió otra cosa, pero luego yo te explico.

—Lamento no haber traído nada de lo que me pediste... También haber llegado tarde e implicar a Hyunsuk en todo esto.

—Jihoon, Hyunsuk, no piensen que me voy a enojar por un kilo de harina; todo eso ya está solucionado. Y aún así, es más importante que estén bien ustedes —Me sorprendió—. Pero... No ensucien el lugar, que vamos a limpiar en un momento. Mejor vayan a cambiarse con algún uniforme o quítense la harina de sus ropas.

Eso no me sorprendió tanto.

Hyunsuk me llevó a los vestidores y ahí nos intentamos limpiar la más posible. Había más harina de lo que creí, y también en lugares que no pensé.

Cuando terminamos, Hyunsuk de vuelta me arrastró a una mesa de la cafetería. Me sentó y me dijo que le espere un momento.

Regresó.

—Sabes que la comida no se desperdicia. Y en especial lo que preparé.

Se fue una vez más, pero ahora volvía con unos postres y un par de chocolatadas que se veían muy deliciosas.

Parece que Hyunsuk tenía razón. Todo iba a mejorar.

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𝐖𝐀𝐈𝐓𝐄𝐑 • 𝐒𝐔𝐊𝐇𝐎𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora