𝐖𝐀𝐈𝐓𝐄𝐑 • 𝐒𝐔𝐊𝐇𝐎𝐎𝐍

𝑱 - 𝑺𝒊𝒅𝒆

Hace unos días, nuestro grupo de amigos acordó salir juntos a divertirnos. Iríamos a los juegos mecánicos.

Sí, mi circulo de amistades se expandió.

Esos me traen buenos recuerdos de mi infancia. Son pura adrenalina y no me dieron miedo nunca, al contrario solo podía reírme mientras estábamos en el aire.

Para facilitar las cosas, al lugar llegaría por mis padres. Mientras que los demás, irían juntos en carro.

Todo estaba saliendo relativamente bien. Antes de salir de casa, y en el resto del camino; mis padres empezaron a hacerme preguntas.

Si, ellos son entrometidos. Claro no al punto de ser totalmente irritantes, saben dónde parar.

—¿Y con quiénes te ibas a encontrar?

—Con mis amigos de siempre papá.

—Si si, pero no está demás que me digas sus nombres.

—Ay, tu bien sabes que iremos Doyoung, Yedam, Hyunsuk y yo.

—Oh claro, en parejas.

—¡Mamá! Todos somos amigos.

—No te alteres hijo.

Nos quedamos en silencio algunos minutos.

Mis padres conversaban entre ellos. Hablaban de lo típico, un poco de la vida de otras personas, el chisme del pueblo, la economía, noticias. Si, eso es a lo que me refiero.

—Jihoon —llamó mi madre.

—Emm ¿Si?

—Vas a estar atento a tu celular ¿Está bien?

—Sí mamá.

—Si necesitas algo llámanos desde tu celular o el de tus amigos.

—Sí mamá.

—No pierdas nada.

—Está bien. Voy a estar bien. No me voy a perder, ya estoy grande.

—Si, pero siempre me voy a preocupar por ti.

Eso sonó muy bien para mi.

—Bueno hijo, ya vamos a llegar.

Estacionaron el auto para que yo pudiera bajar.

—Cuidate mucho. Nos vemos. Tómate muchas fotos.

Y así se despidieron.

Me puse a pensar en sus últimas palabras.

Yo no era mucho de tomarme fotos.

Ocasionalmente acepto cuando estamos en grupo. Pero desde que conocí a nuevos amigos, pude sentirme mejor conmigo mismo y a disfrutar los momentos. Es maravilloso ver fotos del pasado y volver a recordar exactamente lo que pasó esa vez. Cambié eso de mi para bien.

Lo que me lleva a otro punto. Mis amigos, en especial Hyunsuk. Desde que nos conocimos mis padres se interesaron repentinamente en saber quién era. Y a molestarme con él.

Aunque en verdad no es que eso me incomode. Pues tampoco es que odie a Hyunsuk. Todo lo contrario. Se volvió una persona importante en mi vida pues si podría resumir su papel, él se encargó de iluminar mis días. Gracias a él pude conocer más personas y superar momentos no tan gratos.

Desde que me atendió en la cafetería, hasta ahora que vamos a salir a los juegos, se mantuvo esa sensación en mí. Es como estar en casa.

Debo dejar de meterme tanto en mis pensamientos en público.

Eso. Me senté un momento a pensar, pero ahora que estaba de vuelta en la realidad, paso por mi mente preguntarme donde están los demás.

¿Aún no llegaban?

Intenté llamarlos por teléfono para saber por qué lugar se encontraban.

—Usted no cuenta con suficiente saldo para este servicio. Le recomendamos recargar su línea telefónica.

De las cosas más desesperantes que el ser humano puede llegar a oir.

Mi mamá tenía razón. Debo prestar más atención a mi teléfono. Olvidé recordar que no tengo saldo. Siempre estaba conectado al Wi-fi, por lo que no había notado un cambio.

¿Y si me están escribiendo y yo no les puedo contestar?

Ni si quiera mandé un mensaje de confirmación de que llegué aquí cuando aún tenía internet.

Pero que despistado soy.

Miré mi bolsillo.

Tenía un poco de dinero extra como para recargar mi número. Pero no parecía haber algún puesto cerca. Y tenía sentido. Estábamos en un descampado.

Entonces se me ocurrió que sería mejor darme una vuelta por todo el lugar y tratar de buscarlos.

Así pasaron y pasaron los minutos.

Creo que ya me perdí.

Empecé a perder la paciencia y a desesperarme un poco. Estaba yo solo en este lugar, no encontraba a mis amigos y no tenía ni para mandarles un mensaje.

Me dirigí hacia la entrada. Habían algunas bancas para sentarse. Quizá aún no llegan y estaría ahí hasta que aparecieran o se haga un poco tarde y decida mejor buscar un teléfono para llamar a mis padres.

Solo veía a las personas pasar. Mi mente se fue saboteando más y llegué nuevamente a pensar en algo que no quería recordar.

¿Y si ellos también nunca llegarán?

No. No creo que ellos sean así.

Oh vamos, debo dejar de ser así conmigo mismo. Después de todo hay más probabilidad de que quien pueda estar tarde o perdido soy yo.

Creo que mejor me voy y llamo a mi madre.

—Hey hey, ¿A dónde vas? Adivina quién soy.

Alguien me estaba tapando los ojos.