En estos últimos días Eros había recorrido gran parte de Europa en busca de almas gemelas que pudieran jurarse amor verdadero, su búsqueda rindió algunos frutos y pudo ser testigo de unas parejas de las cuales sus almas ya eran una sola. Después de una larga jornada el Dios emprendió su camino de regreso a casa o eso era lo que pensaba, sin darse cuenta se desvío hacia una pequeña ciudad en donde se encontraba la persona que era dueña se sus pensamientos.
Yoshio, te extraño.
Un joven entro por la puerta Yoshio ni siquiera se molestó en ver pues a cada mirada era una nueva decepción así había sido durante días.
- Estoy un poco desilusionado, pensé que estarías esperándome – dijo el Dios mientras se acercaba al mostrador donde se encontraba Yoshio doblando unas telas – pero ni siquiera me miraste.
- N-no pensé que fueras tú – Yoshio estaba sorprendido.
- Te extrañé Yoshio – Eros rodeo el mostrador colocándose frente a Yoshio, puso su mano sobre su mejilla mientras lo observaba – te extrañé mucho.
- Yo también…no te imaginas cuánto.Ambos se observaron un instante, el Dios se acercó con cuidado a los labios de Yoshio hasta que finalmente se juntaron ese era el beso más dulce que Eros había dado jamás, cuando se separaron Eros sentía la necesidad de besarlo nuevamente pero cuando estaba a punto de hacerlo un fuerte ruido los interrumpió.
Una piedra entró por la ventana rompiendo varias cosas a su paso, el Dios se alejó del chico para salir y ver qué era lo que estaba pasando, cuando se encontraba afuera lo único que puso observar fue un grupo de personas que se alejaban rápidamente a caballo.
- Son grupos de la resistencia – dijo Yoshio que se encontraba a espaldas de Eros.
- ¿Y lo dices tan tranquilo? – el Dios lo miró preocupado.
- No es la primera vez que pasa.
- Vamos a dentro.Una vez se encontraron de regreso en la tienda Eros le preguntó - ¿Cuánto tiempo lleva pasando esto?
- No mucho, comenzó después de que te fuiste.
Así fue como Eros se enteró que en estos últimos días los grupos de la resistencia como Vindicta habían crecido y estaban propagando el caos en las ciudades vecinas.
Eros estaba muy preocupado por los ocurrido en su ausencia, así que en todo el día no se separó de Yoshio, mientras este se encontraba trabajando el Dios miraba los alrededores procurando que todo estuviera en orden, parecía un guardaespaldas o eso es lo que pensaba Yoshio quien al mirarlo soltaba una risita.
- Bien ese fue el último cliente – dijo Yoshio mientras cerraba la puerta - ¿Hoy también te iras? – preguntó mirando al Dios a quien había sacado de su transe pues se encontraba mirando por la ventana.
- No lo sé, no lo había pensado.
- Puedes quedarte si quieres, mi cama es no es muy grande, pero alcanzamos los dos.En ese momento Eros recordó porque Yoshio le gustaba tanto, es un insolente y eso le resultaba encantador.
- Me quedaré – dijo finalmente para luego seguir a Yoshio hasta su habitación.
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El sueño de Eros
RomanceUn dios que rompe las reglas del Olimpo para estar con el hombre que ama, trayendo consigo un castigo que condena a ambos al sufrimiento, el recuerdo y la añoranza. "Hace mucho tiempo cuando la tierra era gobernada por dioses, existía aquel conocido...