El chico del puente

Parte 18

Amaro Salgado.

Recordar muchas veces es revivir momentos, es una sonrisa en el rostro mientras vas caminando, es hablar con alegria de otros, es suspirar y en otras ocasiones es llorar, es llorar amargamente, mientras estás tirado en tu habitación en la completa soledad, recordar para mi ha sido eso, repirar la soledad, una soledad que vivo desde que mamá y Helena se fueron, es una soledad que muchos no entienden, es ese tipo de  soledad  que aunque sabes que puede existir gente a tu alrededor, tal vez personas que te amen, te sigues sintiendo solo, nada de eso importa, por que el vacío que existe en tu  interior es algo que nada puede llenar, ni el alcohol, ni las drogas, ni el sexo, nada.....lo he intentado todo y estoy cansado, esa es la verdad, nada me llena, solo se que el dolor crece años tras año, las ganas de  venganza se han apoderado de mi, la rabia me carcome, la rabia hacia mi padre y tambien una rabia profunda hacia mi, ¿por que no me fui con ellas?, pregunta que viene a mi mente una y otra vez.

Hoy es 20 de abril del 2021, es mi cumpleaños número 17 y  he decidido terminar con los recuerdos, he decido terminar con el dolor, con la soledad y la rabia, hoy me levante con la certeza de que sería el último día de mi vida. En estos días los recuerdos me invaden más que nunca, todo me recuerda a Junio del 2016.

-Madre....¿por qué lloras?- pregunte al ver  llorando a mamá  a la entrada de la casa, no era la primera vez que la veía llorar, pero su cara parecía desorbitada.

- Hijo..cuando esté más calmada hablaremos...ahora ve a buscar algunas prendas de vestir, saldremos por unos días, vamos a viajar donde tus abuelos- dijo mi madre secándose las lágrimas.

-Pero mama....¿dime que pasa?.

-Amaroo...hazme caso- alzó la voz-  ve a buscar tus cosas y nos vamos.

-No ...no iré... recuerda que mañana comienza el campeonato de ajedrez ...pensé que tu también estarías..papá quedó en  venir a practicar conmigo.

- Perdoname hijo, no podré estar, debo irme, surgió una urgencia.. entonces iremos con Helenita donde tus abuelos, te vendré a buscar la otra semana para que nos acompañes, ¿te amo? lo sabes ¿cierto?- me abrazo fuertemente.

-Te amo también ... .no entiendo qué está pasando - dije confundido mientras la abrazaba.

-No te preocupes, concéntrate en el campeonato, te irá bien, luego hablamos.... adiós mi vida - me beso y  al rato vi  como subía al auto junto a Helenita que me despedía con sus manitos desde la ventana del auto. Esa fue la última vez que las vi con vida, la última vez que vi sus ojos tristes.

Cuando mamá se fue ese día, me di cuenta que sobre el escritorio de papá había dejado una carta, nunca fui un niño intruso, pero ver a mi madre llorar y ver esa carta ahí, me hizo cometer el error de leer las palabras más difíciles, más desgarradoras, que puede leer un niño de 12 años, para ese entonces mi padre lo era todo, un gran modelo a seguir para mi, un empresario exitoso, hombre inteligente, un gran padre y en mi ignorancia, creía que también era  un gran esposo.

" German, no tengo el valor para enfrentarte y escuchar una más de tus mentiras.... lo se todo, se lo de tu amorío actual con Bernarda tu colega .... y no solo eso,  sé también de tu historia en el pasado con la secretaría, con la cual tuviste una hija que tiene la edad de nuestro hijo, ¡¡una hija German!! cómo pudiste mentirme por tantos años.. como pudiste vivir con esa mentira, como puedes decir que me amas.....como puedes hacerle esto a nuestros hijos.....te he perdonado tantas veces, todas tus mentiras y falsas promesas, que ya no recuerdo cuándo fue la primera vez que todo esto comenzó.....no puedo más con esto....no hay vuelta atrás....yo te ame German, te ame tanto, con el alma, siempre fui fiel a nuestra promesa de amor eterno, en algún momento nuestra historia de amor fue linda, pero tu te encargaste de destruir todo, esta vez es distinto...no volveré a caer, me iré, me llevare a los niños a casa de mis padres, no te quitare el derecho de verlos, pero de mi ya no obtendrás nada, no soy de tu pertenencia, no me busques, déjame en paz, déjame buscar mi felicidad, dejame ser libre de esta tortura que es vivir con la incertidumbre de cuando volveras a engañarme, se libre y mete en tu cama a todas las mujeres que quieras, más de las que ya haz metido.......ya no me importa.... por que ya no te amo....no te amo más...... me perdiste.... se acabo el amor, me quebraste....pero no te daré el gusto de verme derrotada"

La rabia, pena, descontrol que sentí en ese momento, no se compara con todo lo  que sentí cuando Clara me contó del accidente de mamá y Helena.... cómo sobrevives al dolor de la decepción de tu figura paterna, el  que estaba en un pedestal enorme y como sigues con vida al saber que las mujeres que más has amado en toda tu existencia murieron en un accidente fatal, aún más cómo sobrellevas el hecho de que el culpable de todo esto sea tu padre y además de golpe te enteras que tienes una hermana. Quise matar a mi padre, quise hacerle mucho daño, desee tantas veces que él muriera, pero como no podía hacerlo de forma física, lo castigue por muchos años con mi silencio, con mi rechazo, con mi indiferencia, con mis palabras, sin embargo el que más sufría era yo, a los 14 años comencé a hundirme en el alcohol, en drogas livianas, necesitaba calmar el dolor, necesitaba apagar el cerebro, necesitaba sacar de mi mente las fotos que mamá dejó adjunta en la carta, las fotos de papa besándose con su colega, la cara de mi madre y hermana en las noticias, los ojos de  mi madre antes de irse en el auto, el funeral, el llanto, la rabia, German pidiéndome perdón, German llorando en el ataúd, todo era como un puñal constante en el corazón y yo había decido casi 5 años más tarde, acabar con todo, me tiraria del puente que cruza el río  en la ciudad y todo por fin terminara, justo el día de mi cumpleaños, me iría a reunir con mama y Helena, por fin un cumpleaños volvería a ser feliz.

Hoy salí temprano de  casa, no quiero vivir las cursilerías de Clara y Freddy que probablemente, intentarían celebrarme el cumpleaños o como todos los años el regalo extremadamente caro que seguramente German me daría  para intentar compensar de alguna manera todos sus errores, o recibir la sorpresa de Nestor y Amparo trayendo el desayuno  a mi cama, no quería nada más de eso, así que  me fuí a un parque de la ciudad, al parque de los patos que es mi lugar favorito, a pasar mi último día  y decidí pasar todo el día ahí, apagar el celular y desconectarme, hasta que llegara la noche para poder irme al puente  que quedaba en el centro de la ciudad y realizar mi cometido, llevo meses pensando en esto, en algún momento de la vida quise hacer algo importante por el mundo, dejar una huella para que la gente me recordará, hoy quizás sí me voy no sé si muchas personas me recordarán, tal vez solo lo harían como el chico que se mató lanzándose del puente, ni siquiera era algo original, pero que va, esto es lo que necesito, esto es lo que quiero, necesito apagar mis pensamientos, necesito apagar el dolor.

He pensando que mi mente me esta jugando una mala pasada, sabe que me iré de este mundo y tal vez mi subconsciente no lo quiere, porque  hoy tuve un sueño muy extraño, soñe con una chica, era una chica muy linda, dulce y era como de mi edad, ella estaba llorando sobre la tumba de un hombre, al parecer era su padre.

- ¿Hola? ¿Que pasa?

-Se ha ido y siento un dolor tan grande.

-Lo siento ...te entiendo mucho, más de lo que imaginas- ella me abrazó fuertemente - Yo haré algo para acabar con el dolor que siento- dije.

-No lo hagas Amaro ... .Dios te necesita, Dios te ama.

-¿Dios?... ¿para que o que? - dije desconcertado.

- Por que tu me ayudaras a sanar....

-¿Que?

-Y yo te ayudaré a ti, Dios nos va a sanar.

-¿No entiendo?...¿estás loca?.  

Finalmente desperté de sobresalto.....y he estado pensando...si es que existe algo allá arriba...si es que existe Dios...pues enviame a la chica de mi sueño, si de verdad hay alguien ahí arriba que me ama, si de verdad te importo.. enviame a la chica como señal de que no debo hacer esto, no se.... si todo esto es un juego de mi cabeza, quizás una parte de mi,  se resiste a morir así, sin esperanzas.