Epílogo

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Alexa's point of view

Una semana después

Me removí en la cama, y en cuanto abrí mis ojos, deseé no haberlo hecho. Estaba sola en la cama.

Cada día el dolor era peor que el anterior, dormía la mayor parte del día para evitar enfrentarme a mi realidad de mierda, enfrentarme a que él se había marchado, me había dejado ir.

La imagen de él encadenado en la sala de interrogaciones se repetía en mi mente cada segundo del día, y era tal mi agobio que tenía que tomarme un par de tranquilizantes cada ciertas horas para no tener un ataque de ansiedad.

Estar despierta era una pesadilla.

Enterré mi cabeza en la almohada, esperando volver a dormirme aunque fuera un rato más, pero el dolor ya se había instalado en mi cuerpo y en mi mente una vez más.

Ya no había manera de volver a dormir. Me senté en el borde de la cama, dejando las piernas colgando y mirando hacia el suelo. ¿Cómo es que mi vida había acabado así?

Desde el primer día que vi a Justin supe que él podría traerme problemas, que podía hacerme daño. Él mismo me lo advirtió pero yo quise probar, quise acercarme a él a pesar de todos aquellos secretos que le rodeaban.

Pero ni en un millón de años habría imaginado que nuestra historia acabaría de esta manera. Jamás.

Lo arriesgué todo por él, y acabé rota. Pero aún así, no me arrepiento de haberme acercado a él en ningún momento. Él me ayudó a descubrir partes de mí misma que ni siquiera conocía, yo hice lo mismo con él.

Nos ayudamos a descubrirnos mutuamente, nos quisimos. Y seguía queriéndole, a pesar de que ahora estaba sumida en ese infierno que parecía estar consumiéndome por dentro poco a poco.

Ese era mi precio que tenía que pagar a cambio de haberle amado. Y no me arrepentía.

Me sequé las lágrimas que se comenzaron a formar en mis ojos, traté de respirar hondo y me levanté de la cama.

Salí de la habitación y bajé las escaleras hacia la cocina, casi ansiando tomarme mi primera medicación anti estrés del día. La necesitaba porque notaba la ansiedad comenzando a tomar presencia en mi cuerpo y no me gustaba.

Entré en la cocina y abrí uno de los armarios. Saqué el bote de comprimidos, tomé una de las pastillas y las eché en un vaso de agua para que se disolviera.

Me bebí el agua con la medicina de un sólo trago. Luego apoyé la cabeza sobre la encimera y cerré los ojos, porque notaba que me estaba mareando. Pero, nada más cerrarlos, la imagen de Justin en la sala de interrogaciones apareció en mi mente.

Abrí los ojos de nuevo y la imagen se disipó.

"¿Estás bien?" me preguntó una voz que conocía de sobra.

Sabía que no era él, pero por un segundo, mi cerebro me jugó una mala pasada. Me di la vuelta.

No, no era Justin. Era imposible.

Luca me miraba medio adormilado, con sus ojos negros llenos de preocupación por mí. Él...era casi la única razón por la que seguía tratando de salir adelante.

Luca había estado a mi lado toda esta semana, no quería dejarme sola. Según él, yo necesitaba compañía. Y sabía que era verdad, pero también sabía que él tenía miedo de que yo cometiera una locura que me llevara a acabar con todo esto.

Y yo también tenía miedo de que toda esta situación pudiera conmigo cualquier día.

Negué suavemente con la cabeza, no tenía sentido mentir. No estaba bien, y Luca lo sabía de sobra.

Heartbreaker  [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora