Puesto a despertarse espachurrado por unos brazos, hubiese preferido que fuesen los de XiChen. Por desgracia, Wei WuXian volvía a babearle el pecho. No necesitaba tener tetas para acabar con el canalillo mojado, e igualmente le daba asco. Se desembarazo de él cómo pudo para levantarse a prepararse el desayuno.
Lunes de nuevo. Y con menos ganas que nunca. Su madre le había obligado a lanzarle las propuestas para revertir la situación y las había rechazado todas por "poco factibles". No rodó los ojos para evitarse una bronca. ¿Qué pretendían que hiciese entonces? Tampoco es que ella hubiese aportado idea alguna. ¿Qué esperase a su padre? Como si fuesen a dejarle volver sin más. Si no le dejaron a ella, ¿Por qué razón le iban a permitir a él seguir trabajando? ¿No era precisamente por eso que le habían dejado la presidencia a él?¡Que absurdo!
Se fue a trabajar con la misma presentación que había hecho antes para retocarla y darle una vuelta. Desde luego, había cosas que mejorar, cosas de preparar las propuestas en treinta minutos. Para lo que le había servido, mejor habría sido quedarse con XiChen a echar otro polvo. Hubiese salido más contento y menos escocido. Tuvo que volver a evitar a la prensa. Esta vez le costó más aparcar. Y desde luego, ni se quitó el casco hasta que las puertas del ascensor no se cerraron.
Tarde o temprano la prensa sacaría alguna foto con su cara, pero trataría de mantener el anonimato tanto como pudiese. Sería muy difícil mantener un mínimo de respeto en cuando Sāndú Shèngshǒu saliese a la luz. Mientras tanto, trataría de mantenerlo oculto en la mazmorra tanto como pudiese. No era cuestión de vergüenza, era cuestión de intimidad. Y por supuesto, porque la gente era lo suficientemente absurda como para tratar de contratar una sesión a través del correo de información general de la empresa.
No iba a perder el tiempo con eso. Más ahora, que tendría que reducir sus sesiones al mínimo y controlar las conjuntas más que nunca. Seguro que algún inútil de la prensa trataba de colarse para tener una primicia. Y si tenía que lidiar con una denuncia por agresión y un juicio rápido para demostrar que todo estaba pactado y que no podía quejarse porque había accedido voluntariamente y sin coacción, sería la peor mala prensa que le podían dar, aunque obviamente saliese inocente. La opinión pública era así.
Lo primero que hizo nada más sentarse, fue enviar una circular para avisar a toda la empresa de que, el viernes por la tarde, el susodicho ex-empleado había venido a por sus pertenencias personales y renunciado a los quince días de aviso previo. Por supuesto, dada la situación actual de la empresa, se prohibía cualquier contacto con él de asuntos oficiales, y se reuniría con el departamento a lo largo de la mañana para distribuir sus tareas, ya que no podrían contratar a nadie para reemplazarle durante algunas semanas. Omitió por completo el tema de la agresión en la circular.
Al departamento de recursos humanos, les llegó un correo un tanto distinto complementando a la circular. Por supuesto, les pedía evitar que aquello se difundiese. Si los Wen no habían sido puestos al tanto y la prensa tardaba en enterarse, tendrían unos días de ventaja para reorganizar su estrategia. Sin el topo dentro de la empresa, los Wen serían mucho más agresivos. Y sabiendo que no podrían usar la mayoría de sus clientes y proveedores regulares, tendrían que variar muchas cosas de la empresa para conseguir salir adelante. Y eso significaba realmente dar un giro de ciento ochenta grados a la empresa en sí.
Empezó a reorganizar la estrategia y la reunión con los Lan. Tendría que hacerles una buena cantidad de preguntas, si es que todavía estaban dispuestos a colaborar en futuros proyectos. No le extrañaría si se retirasen, tenían motivos de sobra para ello. Si no se retiraban del proyecto que ya estaba en marcha, lo consideraría un logro. Tal y como estaban las cosas, no se lo reprocharía. Lo de afrontar los problemas uno a uno y conforme llegasen, se le estaba dificultando, la verdad. Suspiró mientras se apretaba el entrecejo. Iba a ser una semana muy larga...
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La caricia de Zidian
FanfictionA pesar de que lo acusen de perro soltero intratable y de ser el hijo consentido de su padre en el trabajo, Jiang Cheng pasa sus días sin preocupaciones al respecto. ¿Pareja? ¿Para qué quiere una? Tiene tantos juguetes a su disposición como agenda l...