Salgo corriendo de mi auto desesperada y entro al hospital, apenas entro al hospital miro a mi alrededor buscando la recepción la veo y me dirijo allí con pasos rápidos.
- Buenas tardes, ¿me puede decir dónde se encuentra la habitación de Samuel López?
"Buenas tardes señor, un momento lo miraré señor".
Empezó a juguetear con la computadora y le está tomando demasiado tiempo encontrar una maldita habitación.
"¿Qué es usted señor?"
- Soy su prometida, ¿puedes pasar al frente y decirme en qué habitación está, por favor? - Pierdo la paciencia y hablo un poco grueso.
Ella me mira y luego de vuelta a la computadora.
"Está en la habitación 456"
- Gracias chica.
Camina apurado hacia el ascensor, por suerte no tarda en subirse al ascensor y pulsar el número 456.
Dentro del ascensor mi mente no podía pensar en lo que había sucedido. Las lágrimas comienzan a fluir por mis ojos y mojo mis mejillas y pruebo su sabor salado.
Siento mi celular vibrar en el bolsillo de mi pantalón, paso mi mano por mis ojos para secar las lágrimas que no dejan de caer.
Saco mi celular de mi bolsillo y veo el nombre de Juan parpadeando en la pantalla, anexo.
"Oscar se acaba de enterar, ¿cómo es que habla en serio?"
La voz llorosa de Juan no era diferente a la mía... - Suspiro y hablo.
- Acabo de llegar estoy en el ascensor yendo a la habitación.
Mi voz sale llorosa.
"Oscar va a estar bien, va a estar bien, mañana voy a tomar un vuelo de ti a California, va a estar bien"
- Sé que lo harás, cuando llegue a la habitación te llamaré para darte noticias.
"Está bien, está bien".
- Gracias adiós.
Cuelgo a Juan y vuelvo a poner mi celular en mi bolsillo y la puerta del ascensor se abre antes de secarme las lágrimas y salgo del ascensor y empiezo a caminar por el pasillo tratando de encontrar la habitación 456, miro los números en la habitación puertas
- 454, 455 y 456 finalmente.
Sostengo la manija de la puerta antes de abrirla, cierro los ojos, respiro profundamente, abro los ojos y abro la puerta.
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𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥𝐬 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐲𝐨𝐮 - 𝐒𝐚𝐦𝐭𝐞𝐯
Romantizmsé que tú estás equivocado para mí. Voy a desear que nunca nos conociéramos el día que me vaya. Te puse de rodillas porque dicen que la miseria ama la compañía. No es tu culpa que yo arruine todo. Y no es tu culpa, no puedo ser lo que necesitas. Bab...