Una Gota De Café Negro.

1: ⟨⟨☕⟩⟩ La tumba.

—Oye, Odasaku. Ha sido un tiempo.

La luz del sol se filtra a través de las hojas del árbol de arriba. Una suave brisa atraviesa el espacio circundante y se lleva cuatro años de tiempo. El abrigo de Dazai ondea con el viento, luego vuelve a colocarse detrás de la parte posterior de sus piernas.

—Sé que probablemente estés decepcionado de que no haya venido por un tiempo. Después de todo, probablemente estés aburrido aquí —Dazai se frota la nuca y luego suspira—. Esta es una conversación más difícil de lo que había pensado.

»Tal vez tenías miedo de que realmente me suicidé. Lo siento por eso; todavía no. Quiero decir... lo he intentado muchas veces. Simplemente no he logrado tener éxito —suspirando, Dazai se pone de rodillas. Luego, le da la espalda a la piedra marcada S. Oda y se apoya en él. Inclina la cabeza hacia atrás para mirar las hojas verdes brillantes en lo alto—. Es solitario aquí sin ti. Pero lo he soportado por lo que me dijiste en ese entonces —una risa se escapa de Dazai, y un dolor sordo inunda sus sentidos, el tipo profundamente arraigado que siempre vuelve a surgir de vez en cuando. Sospecha que siempre lo hará—. Es tan divertido cómo funciona el mundo, que un hombre que busca vivir por casualidad, sin embargo, un hombre que busca morir sin dolor tiene que vivir con toda esta tristeza y sufrimiento. Todo por culpa de las palabras —él traga—. Hay... tanto mal en un mundo como ese, ¿no crees?

Las hojas susurran suavemente cuando el viento se levanta de nuevo. Dazai se coloca una muñeca vendada sobre los ojos y suspira. 

—Probablemente te estés preguntando qué he estado haciendo todo este tiempo y por qué no lo he hecho todavía. No es porque encontré una razón para vivir. Demonios, no... eso eras tú. Y creo que mi vida es de esas en las que solo tienes una razón —hace una pausa, baja el brazo y mira la losa detrás de su espalda—. ¿Recuerdas lo que dije la última vez que estuve aquí? ¿Sobre alejarme de Yokohama por un tiempo? Bueno, unas semanas después… ya sabes…

Dazai no lo pensará. Ni siquiera lo dirá. Sin embargo, sonríe porque sabe que Odasaku sabrá exactamente de lo que está hablando.

—Recuperé los puntajes de mi examen de ingreso, ¿y sabes qué?  Tenías razón. No lo hice ni la mitad de mal de lo que pensaba. Todavía puedo recordar la mirada en el rostro de Kunikida cuando se lo dije. Incluso superé su puntaje en matemáticas —Dazai sonríe al recordar la forma en que la mandíbula de Kunikida se abrió—. De todos modos, con todo… —nuevamente evita decirlo, o incluso pensarlo. Sabe que regresará a su departamento queriendo salir de este mundo si lo hace—. No estaba seguro de si quería seguir adelante con la idea de irme. No quería abandonarte, pero tampoco quería decepcionarte. Así que… simplemente me lancé a la oportunidad —él sonríe—. Universidad de Waseda en Tokio. Sé que no está lejos, pero aún quería sentir que podía venir a visitarte si el espíritu me conmovía, ¿sabes?

Una nube blanca pálida se desplaza sobre el sol y la sombra se traga a Dazai.

—Estaba tan… destrozado después de que te fuiste. No pude ir de inmediato. Eso se sentiría demasiado como una traición. Como yo dejándote. Y no puedo —Dazai observa el cielo azul claro—. Así que lo postergué por un año. Y mudarme de aquí fue lo más difícil que he hecho. No por mi supuesta familia. Porque te estaba dejando. Me estaba admitiendo a mí mismo que una parte de mí podía pasar a algo que no fuera la escuela secundaria. El tiempo nunca se detiene por nada, supongo.

Dazai inhala, suspira, inhala de nuevo. 

—Los dormitorios eran tan horribles como dijiste que eran. Mi familia… —su voz se apagó y se encogió de hombros—. En realidad, ahora, me alegro de que nunca los hayas conocido después de todo lo que pasó cuando se enteraron de mí. De nosotros —mastica esa palabra cuando sale de su boca—. No quieren que sea parte de la familia, pero están felices de mantenerme financieramente dado que me mantengo alejado —se inclina hacia delante y deja colgar la cabeza, mirando la hierba entre sus zapatos—. Estudié administración de empresas. Las clases estaban bien, supongo. Salir con mis compañeros de clase era una tarea total. Ninguno de ellos pudo hacerme reír de la forma en que tú lo hiciste.