Capitulo #13"Ni Dialogar Funciona"

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Abel miraba el cielo pintarse de naranja mientras disfrutaba de un rato de la piscina en su casa. Hacía rato que había dado más de diez vueltas nadando y de pronto se había quedado flotando, relajándose un poco. 

—Hola, Abel.

Aquella voz lo hizo incorporarse y girar hacia donde la había escuchado. Sus ojos se abrieron un poco de la sorpresa, al mirar a la persona que estaba parada al borde la piscina.

Alta, de cabello negro azabache, del tipo rizado, y tez clara.

—Diane McGoneglyt—pronunció simplemente. Y en eso, observó más atrás venir a su padre conversar junto al padre de la chica.

—Abel, tiempo sin vernos, muchacho—dijo el hombre con una sonrisa bonachona.

—Lo mismo digo, Señor McGoneglyt.

—Pero Abel, sal y saluda como es debido —le amonestó su padre, a lo que Abel se contuvo de blanquear sus ojos. Aun así, nado hasta la escalinata de la piscina para poder salir del agua.

—Vamos Haruto, no sea tan protocolar —se burló el señor. —Somos nosotros que hemos interrumpido al muchacho.

La chica en tanto solo observó fascinada el cuerpo del joven Imaushi, mordiendo con deleite su labio inferior, más al percatarse de un tatuaje en la entrada en el lado izquierdo del abdomen del chico. 

Abel tomó una toalla y secó sus manos primero, antes de acercarse al Señor McGoneglyt y poder saludarlo con un estrechez de manos.

—¿Cómo va el trabajo, señor McGoneglyt? Ser presidente de la Cámara alta de Japón debe ser agotador.

—No cuando se ama lo que haces, muchacho — Y seguido, el hombre palmeo su espalda de forma amistoso.

—Sí, imagino que sí — concordó Abel.

—¿Y tus demás hijos, Haruto?

—Wakasa se quedó en Ayome, y Rebeca está pasando el fin de semana en casa de los Sano.

En eso, los dos hombres se apartaron e ingresaron de nuevo a la casa mientras seguían conversando.

—Nunca imagine que te volvería a ver — comento de forma simple Abel a la chica, que aun  seguía a su lado.

—No toda chica que rechazan se esconde. — le dijo, ladeando una sonrisa fresca.

Abel solo sonrió por sonreír.

—Aunque escuche que eso te trajo problemas con tu padre. —La chica empezó a caminar alrededor de una reposera y mirando a su alrededor, en un gesto de hacerse la desentendida.

—Siempre tengo problemas con Haruto —dijo Abel mientras colocaba la toalla sobre sus hombros— Lo tuyo fue solo una chispa de color más que agregar. 

—¿No compaginan mucho, no?

Abel solo guardó silencio, no le gustaba mucho hablar de su relación con su padre a otros.

—Mi querida Diane, nos vamos —dijo su padre desde el dintel de la puerta.

—Se podrían quedar a cenar —invitó Haruto de pronto.

—Me encantaría, Haruto, pero tenemos que recoger a mi esposa. Hoy llega de su viaje al extrajenro — Entonces el hombre miró a Abel, afable — Nos vemos, Abel.

—Adiós, Señor McGoneglyt.

Diane en eso se acercó a Abel para despedirse, donde se inclinó y besó su mejilla. Cuando se alejó, ambos cruzaron miradas, a lo que la chica sonrió de lado fascinada. Abel Imaushi era un chico muy fascinante a sus ojos, una lastima que él la hubiera rechzado.

"𝕮𝖔𝖓𝖙𝖗𝖆𝖉𝖎𝖈𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘 "// 𝑻𝒐𝒌𝒚𝒐 𝒓𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆𝒓𝒔 𝒙 𝑶𝒄'𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora