Yuzuha subió al auto de Shinichiro como copiloto, el azabache la recibió con un beso suave en su mejilla y ella le sonrío con gusto.— Que linda te ves.
La chica se sonrojó desde el cuello hasta la cabeza.
— Muchas gracias.
— Lo digo enserio, vaya, seré el más envidiado de la noche.
—Que exagerado, eh.
—¿Exagerado? Yuzuha, tú no sabes cómo me siento hoy, no sabes la inmensa felicidad que cargo en mi pecho.
Una sonrisa sincera con matices de ternura apareció en los labios de Yuzuha. Miro hacia la ventana del auto. Observó las casas, los edificios, los árboles y suspiró, para luego asentir así misma y prometerse que no se ahogaría pensando en lo ocurrido con Takashi. Sabía que al final no se detendría tan fácil, pero nada como forzarlo una noche a dejarlo detrás de un tapiz y permitirse disfrutar con la buena compañía de Shinichiro Sano.
El azabache estaciono el auto cerca del teatro donde se llevaría a cabo el concierto y bajó del auto con prisa. Corrió de inmediato para abrir la puerta de Yuzuha como todo un caballero, ganándose una risita de su parte.
Shinichiro aseguro su auto y ambos emprendieron camino hacia la entrada. Había mucha gente haciendo fila para ingresar al teatro. Por suerte, no tuvieron que esperar mucho desde que llegaron y esta empezó avanzar.
Yuzuha tomó su brazo para sentirse seguro en el mar de gente. Shinichiro entregó los boletos y tomaron asiento en sus respectivos puestos.
—Una foto para recuerdo — expresó Yuzuha posicionando su teléfono y Shinichiro se acercó sonriente para salir en la foto.
Yuzuha medito si publicar la foto en sus estados. Meneo su cabeza ¿Y por qué no? Con una sonrisa actualizó su estado junto a la leyenda “Un divertido y lindo sábado. En el concierto de Ikimonogakari”
De pronto las luces se apagaron, para no durar mucho el lugar a oscuras, porque enseguida los focos se enfocaron hacia el escenario.
El concierto comenzaba.
***
>Delegación <
Inupi miraba el techo de ese sucio y poco iluminado lugar, recostado desde esa dura cama de concreto. Desde la segunda noche no pudo evitar pensar en la suave cama de su hogar, hasta en la que tenía en su habitación en Ayome, incluso los sofás del vestíbulo eran más cómodos. Y como no, sobre que prefería mil veces estar en la encerrona de todo una semana para ver clases a comparación de una encerrona en delegación.
Cerró sus ojos para recordar el justo momento en que aceptó vender droga, a ese Inupi de casi 16 años. Apretó los dientes y golpeó la pared con toda la impotencia que en esos momentos cargaba. Recordando que muy dentro sí, lo había hecho solo con el afán de sentirse aceptado, para que otros no lo miraran con inferioridad por tener gustos diferentes a lo que se esperaría de un hombre. Y aun así, luego de lo de Oliver no quiso dejarlo.
Y ahora con lo de Koko…
No estaba tan seguro de seguir, pero igual ya no importaba lo que él ahora quisiera, no podía dejar ese mundo así como así.
Pasó una mano por su rostro, materializando el rostro de Kokonoi.
—Parece que tengo un imán para que los chicos que me gustan tengan actos incorrectos y, como un chivo, yo termino pagando las consecuencias por ellos.
— ¡Seishu Inui! — Una voz poderosa exclamó su nombre, sacándolo de sus pensamientos.
Seishu se puso de pie y camino a las rejas.
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"𝕮𝖔𝖓𝖙𝖗𝖆𝖉𝖎𝖈𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘 "// 𝑻𝒐𝒌𝒚𝒐 𝒓𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆𝒓𝒔 𝒙 𝑶𝒄'𝒔
Teen FictionEsta es una historia completamente diferente a la adaptación del manga y anime de Tokyo revengers. No tiene nada absolutamente nada que ver con la historia real, sólo tome a los personajes prestados para adaptación. Todos son estudiantes de univers...