Capitulo 2

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Luego de ya varias ofertas de comida por parte de las azafatas; la cual rechaze. Tengo un hambre que muero.

-Vacío, vacío, vacío, así está tu estómago y va a estar peor y si no comes algo ya-ya sabía que me hacía falta esa voz molesta.

Pero ya en unos minutos llegamos así que prefiero esperar.

De repente me doy cuenta que el avión ya va descendiendo. Por fin ya llegué.

Revisó la hora, son las tres con cuarenta minutos; llegué a buena hora. Le mando un mensaje a mi hermana de que ya estoy aquí y voy a esperar a verla para llamar a mi mamá.

Ya todos están bajando, busco mi maleta y derrepente me suena el teléfono, un mensaje.

Sis<3:

Éstoy en la sala de espera, apúrate que ya quiero verte.

Yo:

Si, ya voy.

Comienzo a caminar, voy al área de registro, revisan mis documentos incluyendo mi visa, gracias a qué mi hermana ya obtuvo la nacionalidad, me aceptaron la visa.

Voy caminando a la sala de espera, veo a varias personas, y es ahí cuando la veo con el cabello rojizo, esos ojos color negro que siempre la identificarón, lleva una blusa de tiras, una chaqueta por encima y unos jeans simples, pero a ella nada se le ve simple. Cuando vivíamos en Venezuela era la envidia de su clase, aunque nunca les hizo caso a ningún chico.

En cambio yo, aunque tuve una relación desastrosa que ni me gusta mencionar, no tuve nada más de ahí. Y tampoco era la envidia de mi salón, así que cuando tuve mi primera relación a los 15 años me creía que era la persona indicada, que estaba completamente enamorada, ¡Ja! y la verdad es que vivía la mentira más grande de mi vida.

Corro rápido para abrazarla, y en lo que me ve pega un grito tan fuerte que las personas del aeropuerto se nos quedan viendo cómo si fuéramos unas locas.

Bueno si lo somos, pero eso no les incumben .

-¡Dios mío, pero que grande estás!- expresa, con una cara sorprendida.

-Eran 5 años que no nos veíamos en persona-le respondo-era obvio que iba a crecer.

-No sabes cuánto te he extrañado hermanita-me dice, con los ojos brillosos.

-Y yo a ti-le digo tratando de aguantar las lágrimas.

Me separo de ella, me ayuda con la maleta y comenzamos a caminar hacia la salida.

-Te voy a llevar a comer, porque debes de tener mucha hambre- Me informa abriendo la puerta de su carro.

-Si, siento que puedo comerme una persona si quiero-le digo con mi estómago rugiendo.

Mientras conduce, le mando un mensaje a mi mamá informándole que ya llegué.

Me quedo embobada viendo por la ventana del carro, la calles, los edificios, la personas, los locales...

-Eso no es nada, un día de estos te llevaré de paseó para que conozcas mejor todo- Alba interrumpe mis pensamientos.

-Me encantaría, de verdad- le digo sin perderme de un solo detallé de la ciudad.

Luego recuerdo que Gabi me había dicho que grabara mi primer día aquí, para ella estar más informada.

Saco mi cámara de mi bolso.

-¿Vas a grabar horita?-me pregunta Alba.

Ella fue la que me regaló la cámara en navidad del año pasado.

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