Capitulo 15

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La luz de la ventana hace su gran espectáculo y mis ojos no soportan la luz que está irradia. Con mis ojos aún cerrados. Tomó la manta y me cubro el rostro. Pero me detengo cuando me doy cuenta que no es una manta sino un brazo que tocó.

Espera...¿Desde cuando las mantas tienen brazos?.. ¿Y desde cuándo tengo una ventana en mi habitación?

Cómo que estás algo perdida, ¿no?

Mis ojos se abren de golpe y la luz—Que era mínima, pero para mí demasiada—Me molesta aún más. Comienzo a deslizar mi vista por la habitación desconocida en que estoy.

Hay dibujos o más bien diseños por las paredes que son de un color azul marino—muy oscuro casi negro—Luego está un armario grande de madera y un escritorio algo desordenado. Pero lo más sorprendente no es que esté en una habitación desconocida es más bien de QUIEN es la habitación desconocida, y justo tengo la cabeza recostada en el pecho del dueño de la habitación.

Siento su respiración subir precipitadamente y me separo de un salto que quedó sentada. Cuando lo veo es como si mejor no hubiera despertado.

Ay no, ay dios. ¿QUE PASO ANOCHE?

Comienzo en interventilar. Por suerte Jacob está dormido. Tiene el sueño pesado. Me salgo de la cama y me doy cuenta que tengo una camiseta suya. SUYA. ¡¡DE JACOB!!. Además de unos shorts.

—¿Que he hecho?—Digo en susurro para mí misma.

Bueno, en estos casos. Es mejor huir. Ábro con mucho cuidado la puerta de la habitación y me quedo viendo a un Jacob muy lindo, dormido. Me muerdo el labio con inseguridad.

¿Debería quedarme y preguntarle que  paso anoche?, O es muy obvio que sería vergonzoso preguntar.

Nah, queremos drama, chica.

Cierro la puerta con cuidado y doy dos pasos de espalda. Derrepente chocó con alguien y me sobresalto más, cuando me tapa la boca con una mano.

Larisa se pone un dedo en la boca indicándome que haga silencio. Yo asiento y ella me quita la mano de la boca.

—¿Huyendo?—Le pregunto en susurro.

—¿Tu que crees?—Me susurra y yo visualizo su vestimenta. Tiene exactamente la misma ropa de la noche anterior.

No puedo recordar mucho de anoche pero si ciertas partes, tal vez si Larisa se acuerda podemos unir las piezas faltantes de mi cabeza.

Tengo un puerta justo al lado. La ábro y es el baño. Puedo ver el vestido de anoche y mis zapatos. Súper rápido me meto en el baño y me cambió la ropa. Dejo la camiseta y short—Doblados—en la tapa del retrete.

Para cuando salgo,  ambas nos miramos significativamente y comenzamos a caminar hasta llegar a la sala. En una mesa de centro encontramos nuestros teléfonos—Ambos apagados—Nos vamos juntas fuera del apartamento. Cerramos con cuidado la puerta principal. Por suerte no hay nadie en el pasillo así que todo bien hasta ahora.

El problema es que no tengo llaves de mi apartamento. Aunque podría llamar a Alba. Ahora que lo pienso, no entiendo, ¿Por que Jacob no me llevo con ella desde un principio?

—¿Como vamos a entrar?—Me susurra Larisa.

Me quedo viendo fijamente la puerta. Se que es tonto pero igual debería intentarlo.

Colocó mi mano en la suave manilla y con cuidado la intentó girar. Para mí sorpresa ella gira completamente haciendo que la puerta de mi apartamento de ábra.

Larisa y yo quedamos sorprendidas por un momento hasta ser ella quien reacciona primero.

—¡¡Vez!!—Me dice—Diosito nunca me falla.

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