Capitulo 7: Una noche terrorífica.

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Tras aquel día de conmoción y emociones fuertes. Las cosas se relajaron en la escuela Claudio de Lorena. El mes de diciembre había entrado con fuerza y los estudiantes habían notado el descenso en las temperaturas.

Andrés se había hecho muy cercano con Alba y Sofía, al punto de que el maestro los había separado de lugar por charlar en clase. De vez en cuando, se reunía con Diego para charlar sobre historietas cómicas y superhéroes. Algo sorprendente es que Diego era incluso más infantil, su carácter es extrovertido y risueño, probablemente eso fuera lo que molestó al grupo de Asmodeo. Quizás, el único problema era el hermano de Diego, quien parecía enfocado en humillarlo (pero eso es una historia para otro día)

Volviendo al punto, el proyecto del principito había avanzado mucho. Alba le daba los últimos toques al vestuario, mientras Sofía ayudaba a Andrés a memorizar el guion.

- "Los hombres se meten en los trenes rápido y saben lo que buscan"

- Es "los hombres se meten en los trenes rápidos y NO saben lo que buscan" Le estás cambiando el sentido a la frase, tontito – Le explicó Sofía mientras le daba palmaditas en la cabeza.

- No seas tan dura Sofí, la clase de matemáticas estuvo pesada, y no hemos comido nada, además, ya casi cierran la escuela – le replicó Alba desde la mesa.

- Disculpa Alba, pero estamos atrasados. No podemos entregar cualquier cosa, somos nosotras, debe ser perfecto.

- Al menos déjanos descansar cinco minutos.

- ¿Y cómo pretendes que los recuperemos? Estamos a dos semanas de terminar el ciclo escolar y presentar la obra. No querrás pasar tus vacaciones de invierno en extraordinarios.

- Podríamos ir a mi casa, y hacer una pijamada. Mis papás saldrán a cenar, sólo tengo que acostar a mi hermano temprano y podríamos ver una de esas películas que te gustan.

- Dudo que a mi viejo le importe, está muy ocupado tratando de vender una carcacha que obtuvo a mitad de precio.

- Tú que dices Andrés, ¿puedes acompañarnos?

El chico estaba tan concentrado en memorizar el dialogo que había ignorado la mayoría de la conversación. Realmente estaba perdido y se sentía dependiente de las técnicas actorales de Sofía, por lo que aceptó sin pensar en las consecuencias que tendría para un niño de su condición.

Cuando se lo comentó a su madre, la señora Helena no pudo evitar alegrarse, había notado como la actitud de su hijo había cambiado, se le veía más tranquilo y menos estresado, aparentemente, tenía buenas amigas, que lo hacían sentir más seguro sobre sus accidentes.

Fue entonces cuando cayó en cuenta, ¿qué harían para evitar que se dieran cuenta? ¿Cómo proteger a su pequeño? Cambió el destino tan rápido al centro comercial que el propio Andrés quedó descolocado.

- Cariño, me alegra mucho que vayas a tu primera pijamada, pero parece que olvidaste tu pequeño problema.

Su madre tenía razón, ¿qué pasaría si Sofía o Alba se enteraban? Sobre todo, esta última, quien había visto su faceta infantil en la juguetería.

- Mira, hagamos esto. Yo voy a comprar unas cosas que me faltan para la comida, tú ve al pasillo de bebés y busca algo discreto que te acomode.

El pobre chico estaba confundido, normalmente era su mamá quien le llevaba los pañales. ¿Qué debía elegir? Como ya he descrito, Andrés es un niño bajito (aproximadamente 126 cm), pero también era delgado (unos 26 kilos). Basado en estos criterios buscó unos que le pudieran entrar, sin fijarse en la calidad de la marca (cosa que le pasaría factura más adelante). Pero como la vida tiene un sentido del humor extraño, el paquete se encontraba en un estante superior por lo que con un nudo en la garganta fue a buscar a una empleada.

El pequeño secreto de AndrésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora