La casa de los García estaba ruidosa, la señora Helena se preparaba para asistir a las presentaciones de la Escuela Claudio de Lorena. Cuando llegó a su casa, su hijo estaba vestido como el protagonista de la "magnum opus" de Antoine de Saint- Exupéry. Los ojos del muchacho estaban algo hinchados, presumiblemente de tanto llorar. El cambio de actitud era repentino según pensaba, pero no iba ponerse a cuestionar detalles.
Ana tuvo la misma reacción, pero quizás por la cercanía que tuvo con su hermano, antes de salir había escuchado la presencia de una chica mientras estaba en su habitación. Definitivamente estaría ahí para proteger a su hermanito favorito de los abusivos.
Finalmente, llegaron a las 6:30, Andrés se bajó antes para poder entrar por la puerta de atrás, no había nadie, esto era evidente, pues ya se estaban presentando los demás. Pudo distinguir la voz de la maestra:
- Buen trabajo Antonio, fue una representación muy linda de Caperucita Roja. Espero que al resto de tus compañeros les vaya igual de bien, ahorita que termine el grupo de Diego, va el de Joaquín, y luego el de Alba. ¿Todos entendieron?
- ¡Sí maestra! – respondieron varias voces al unísono.
- A propósito, Alba, tengo que hablar contigo...
Ya no pudo escuchar nada, sus manos sudaban, tenía la garganta seca. ¿Qué pasaba si no lo aceptaban? ¿Qué tal si se equivocaba y arruinaba la presentación? Pensó en volver a casa y esconderse en las sábanas. Se concentró en la conversación con Gabriel "aquellos que huyen de sus responsabilidades, son los verdaderos inmaduros" y sacando un nuevo aire de vigor, abrió la puerta.
Todo el mundo se paralizó por un instante. Sus compañeros estaban estupefactos. Alba estaba arrodillada tratando de vestir a su hermanito con el ornamentado traje, al percatarse que estaba Andrés, corrió a abrazarlo.
- Oh Andrés, que gusto verte – se acercó la maestra. Ya me contaron la situación, pensaba escribir un telegrama a tu casa, pero ya que estás aquí, la petición del profesor Hugo fue aceptada. Podrás presentar exámenes la siguiente semana.
- Gracias maestra...
- De nada pequeño, tienes muy buenos amigos.
La maestra salió a atender al resto de alumnos. Todos volvieron a sus actividades, Alba se llevó a nuestro protagonista hacia una esquina vacía, no sin antes, decirle a su hermano que fuera con su madre, que le hablaría en caso de ser necesario:
- Me alegra mucho que vinieras... Sofía me explicó que había hablado contigo en la mañana y que por eso faltó... Realmente pensé que te habíamos perdido.
- Estoy muy asustado, mis piernas me dicen que corra, pero mi corazón me dice que debo estar aquí... - Andrés rió tímidamente – Suena demasiado meloso cuando lo digo así.
- Así es como debe ser.
Sofía se acercaba por otra puerta, fajaba su disfraz mientras veía hacia atrás:
- Podrían limpiar estos baños de vez en cuando, casi me siento en... - Finalmente volteó al frente - ¡Andrés!
Lo abrazó tan firme que le sacó el aire:
- Bueno, ya estamos todos. Andrés, no quiero que te sientas obligado a participar, si no te sientes cómodo. ¿De verdad quieres hacerlo? – inquirió Alba
El chico asintió con fuerza, su destino estaba decidido, no iba a huir más.
- Damas y caballeros. La siguiente obra es una representación del Principito, escrita por Antoine de Saint- Exupéry. Habla acerca de la importancia de madurar, de la amistad y la empatía. Demos un fuerte aplauso a Andrés García, Alba Medina y Sofía Hernández.
ESTÁS LEYENDO
El pequeño secreto de Andrés
Ficción GeneralAndrés es un chico tímido y de baja estatura que se ha cambiado a una nueva escuela. se encuentra muy nervioso, pues tiene accidentes involuntarios. conocerá a muchas personas que lo ayudaran a entender lo que verdaderamente significa madurar. Esta...