- Bueno, creo los dejaré solos. Dieguito, acomoda a tu invitado mientras yo preparo las botanas.
La mujer revolvió el cabello del muchacho, quien aún lloraba por lo ocurrido con su hermano. Andrés dudaba si preguntar acerca del biberón, ¿quizá tendría algún hermano?, él sabía que no, ya Diego le había dicho que sólo eran dos. Tratando de distraer la mente, le pidió que mostrara los cómics.
Diego se acercó a un mueble de madera oscura. Se dividía en dos cajones a los laterales y el centro estaba adornado por una televisión con su propia consola. "Vaya que tienen dinero" – pensó. Ahí sacó tres pequeñas bolsas que contenían las historietas. Gimoteando ligeramente, se los entregó a Andrés.
- ¡Wow!, son las últimas versiones de Superman. ¡Es genial!, mi mamá las estuvo buscando para mi cumpleaños, pero no hubo suerte.
Diego seguí sin animarse, por lo que Andrés dejo los artículos en la mesita, su mente había vuelto a centrarse en el biberón, pero ignoró esa idea. Invitó al otro muchacho a sentarse en la cama, él se posicionó a un lado, pudo notar que llevaba unas medias sumamente infantiles de ositos:
- Oye Diego, no sé si pueda preguntarte que pasó con tu hermano, es algo personal y...
- ¡M-me rompió mi Batman!
- Eso es terrible ¿Por qué lo hizo?
- Llegué de la escuela y le dije a mi mamá que vendrías. Quería mostrarte mis juguetes, entonces los llevé a la sala y él apareció, y entonces le conté que venías – succionó los mocos que tenía y retomó – me dijo que mis únicos amigos eran mis juguetes y entonces lo rompió.
- ¿Siempre te trata así?
Diego sólo asintió.
- Pues creo que tu hermano es un tonto, yo soy tu amigo – el propio Andrés se sorprendió de ser tan expresivo, pero le nacía hacerlo. Por un lado, sentía lástima de como todos trataban a Diego, tanto en la escuela como en su casa. Y por el otro, percibía una especie de conexión, pues él mismo era igualmente inocente.
- ¿D-de verdad?
- Claro.
En ese momento, el chico dejó de llorar y abrazó cariñosamente a Andrés. En ese momento, Julieta apareció con los bocadillos, la escena se le hizo tan tierna que tomó una foto:
- Mira Mami, tengo un amigo. Sí, es mi amigo, y es una persona.
- Ya lo veo cariño, se ven muy lindos.
La señora se volvió a retirar, pero antes le dirigió una expresión de agradecimiento a nuestro protagonista. Cuando volvieron a estar solos, tomaron los cómics, se preparaba para comenzar, cuando Diego comenzó a quitarse los pantalones, vestía una trusa decorada con balones de futbol:
- ¿Qué haces? – preguntó Andrés sorprendido.
- ¿De qué? – replicó Diego de manera inocente.
- ¿Por qué te quitaste los pantalones?
- Es para estar más cómodo, hace mucho calor y no me concentro si no estoy así. Además, no tiene nada de malo, los dos somos chicos.
- ¿No crees que es raro?
- No, siempre lo hago así.
Andrés comprendía que normalmente estaba solo, pero ¿acaso ese chico no tenía vergüenza?, se comportaba como un niño de cinco años, parecía un verdadero bebé. En este último pensamiento, se sintió tonto, pues recordó que apenas hace unos días había mojado la cama y llorado desconsoladamente por ello.
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El pequeño secreto de Andrés
Genel KurguAndrés es un chico tímido y de baja estatura que se ha cambiado a una nueva escuela. se encuentra muy nervioso, pues tiene accidentes involuntarios. conocerá a muchas personas que lo ayudaran a entender lo que verdaderamente significa madurar. Esta...