Capítulo cuarenta y ocho.Sé que debo levantarme de esta cama.
Sé que soy lo suficiente fuerte para continuar.
Sé que prometí ser feliz y que quiero serlo.
Pero lo que no sé es cómo no extrañarlo.
No sé cómo aprender a vivir sin él.
No sé cómo no acurrucarme en su cama y llorar.
No sé cómo no extrañar la calidez de su cuerpo.
No sé cómo sobreponerme a que hace tres días vi su cuerpo dentro de un ataúd que luego fue sepultado.
No sé cómo ser mamá de alguien que ya no está.
No sé cómo reunir coraje para continuar.
Y no sé cómo explicarles a las personas que quiero, genuinamente deseo, seguir adelante, pero el ama me pesa.
Así que lloro, sollozo en la habitación de mi hijo y me pregunto si algún día no dolerá, si alguna vez seré capaz de enfrentarme nuevamente al mundo y emprender una vida con su ausencia.
Me pregunto si siempre me sentiré vacía, si alguna vez seré feliz y si en algún momento podré sonreír más de lo que lloro.
¿Algún día aprenderé a vivir con su ausencia y sentiré más que dolor?
15 de octubre, 2016.
Veo el bonito jardín y me pierdo en mis pensamientos. De nuevo me encuentro pensando en el hermoso sueño que tuve de Arthur mientras estuve en el hospital.
Generalmente dicen que cuando sueñas con rostros de desconocidos o características que crea tu mente, no eres capaz de recordarlo al despertar, pero yo lo hago. Tengo grabada en mi mente la forma en la que sus ojos azules brillaban, el abundante cabello negro que se despeinaba con la brisa, lo alto que estaba, su piel pálida de manera saludable y ese sonrojo que siempre le tintaba las mejillas. En mi corazón sé que esa es la manera en la que mi hijo se vería si viviera, siento que fue un regalo, un abrazo de fuerza para volver y vivir con la tranquilidad de que él está bien.
Despertar para saber que estuve unas largas diez horas inconsciente y que me atendieron de emergencia para verificar que mis niñas estuviesen bien, fue aterrador, pude verlo en la expresión de Andrew, quien no dejaba de tocarme, besarme y sonreírme cómo si le hubiese dado el mejor regalo.
Al despertar estaba tan abrumada por el sueño y el alivio de que mis bebés se movieran que me tomó minutos volver a lo sucedido y hacer las preguntas, la principal de ellas: garantizar que Andrew estuviese bien.
Lo que Andrew sufrido había sido una puñalada "superficial", pero él sangró lo suficiente para que se sintiese débil durante mucho rato, sin embargo fue lo suficiente terco cómo para no querer ser puesto en observación y esperar en una silla afuera de mi habitación. Cuando yo había dudado que estuviese realmente bien, se había alzado la camisa, enseñándome una venda pequeña que se asemejaba a un parche, había sonreído diciendo un "no me dolió y no quedará cicatriz"; es un hombre terco y encantador...También un hombre astuto y malvado incluso bajo situación de estrés.
Cuando cada uno de los miembros de BG.5 y mis hermanas habían aparecido, escuchando preguntas y respuestas en plurales sobre bebés por parte del doctor y de mi esposo, Andrew ni siquiera afligido se había doblegado para revelar nuestro secreto, en lugar de ello "son gemelos" me contó que fue su respuesta, lo que generó conmoción, un par de chistes y nuevas apuestas. Pobre ilusos, si supieran que todavía hay una más.
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La inspiración de Andrew (BG.5 libro #5)
RomanceLa inspiración de Andrew. ¿Quién no conoce a Andrew Wood? Es integrante de la aclamada banda inglesa BG.5. Lo llaman Santo Wood, algunos, Andu bebé y para sus Fivers él es algo más. Es hijo, amigo e ídolo. También fue un increíble hermano, solo que...