Epílogo Dos

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Epilogo Dos

Harry Daniel


18 de julio, 2024

—Vamos tarde —Hago saber con impaciencia a Sky.

Pero ella siempre con su tranquilidad me da una mirada antes de atarse las tranzas de sus zapatos y estoy tan impaciente que me agacho y quito sus manos para hacerlo yo mismo haciéndola reír.

—Habíamos acordado una hora —Vuelvo a decir.

—La clase de piano se alargó —repite.

Es una justificación válida, pero mantengo el ceño fruncido solo para querer gritar al descubrir que ella ahora está lista, pero mi hermana no, Halle tiene una crisis de la moda o así lo llama.

—Halle te ves bien —repito en medio de sus lamentos.

—¡Quiero verme más que bien! —Me grita al borde de un llanto.

—Nadie se fijará.

—Palabras equivocadas —canturrea Heath comiendo una paleta de helado que tiene totalmente sucia su camisa.

—¿No te ibas con mamá? —Le pregunto y se encoge de hombros dándome su sonrisita exasperante, pero con la que mamá se derrite.

—Mami dijo que podía ir contigo —Me asegura con una amplia sonrisa.

—Con el abuelo, no conmigo —aclaro.

—Es lo mismo —dice mi hermanito mientras su camisa se ensucia un poco más.

—¿Están listos? —pregunta el abuelo Carter.

—Halle ¿Qué tal esa camisa azul? Te queda muy bonita —intento persuadirla.

—¿Eso crees?

—Absolutamente.

—Bien, te creeré.

Cierra la puerta y bajo las escaleras encontrándome con el abuelo que me da una sonrisa cómplice.

—Mamá me debe esto —aseguro y él ríe tomando las llaves del auto.

Da un vistazo a la camisa sucia de Heath, pero siendo práctico, el abuelo decide ignorarlo para no retrasarse más.

—¡Estoy lista! —grita Halle bajando las escaleras con demasiada lentitud.

Me ahorro el decirle que un mechón de cabello se le salió de la trenza rojiza mientras sus ojos azules me miran expectante. Le muestro el pulgar y sonríe, corriendo para alcanzar al abuelo y conseguir el puesto de copiloto aun cuando sabe que ese lugar siempre lo ocupo yo al ser el mayor.

—Relájate, estás muy estresado. Más nerviosos que nuestros papás —dice Skylie caminando a mi lado.

Ambos nos detenemos frente a la foto de la abuela Hannah.

Sale sonriente con todos sus nietos, un poco más delgada y pálida de lo que solía ser, pero con ojos brillantes e irradiando felicidad. Fue de las últimas fotos.

Hace dos años el corazón de la abuela se puso más difícil y tras una espera, se sometió a un trasplante de corazón, la cirugía fue un éxito, pero lamentablemente su cuerpo rechazó el trasplante y meses después falleció.

Aún recuerdo el dolor lacerante en mi pecho, pensé que me moría por qué no sabía cómo sería vivir sin la abuela para abrazarme, sonreírme y mimarme. Ver a papá y a los tíos devastados no fue fácil. Tío Dexter la pasó terriblemente mal, aun ve a un terapeuta que lo ayuda a lidiar con el duelo un año después.

La inspiración de Andrew  (BG.5 libro #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora