4: Dioses Griegos y Pájaros Cantores

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El departamento entero estaba lleno de dalias negras cuando MJ entró.

—¡Peter no ha parado de enviarlas desde hace horas!—Jessica exclamó molesta, mientras que un hombre con un uniforme de repartidor entraba al departamento y ponía un jarrón de dalias negras en el último espacio disponible en la mesa de centro.

—Aunque hay que admitir que es agradable que todo el departamento huela a vainilla.—Luke dijo, encogiéndose de hombros.

MJ bufó molesta, y cuando fue a su habitación vio que también habían dejado varios jarrones de dalias negras ahí, todos con pequeñas notas que decían "Lo siento" o "Te amo". Suspirando, se dejó caer encima de su cama boca abajo, y fue entonces que vio afuera de la ventana, encima de la plataforma de la escalera de incendios, un ramo de dalias negras, éste viniendo junto con un peluche de Spider-Man que sostenía un corazón entre sus manitas que decía "¡Me tienes enredado en tu telaraña de amor!". Sin duda Peter los había dejado ahí por sí mismo.

—Vas a tener que hacer mejor mercancía éste día de San Valentín...—Murmuró mientras que cerraba sus cortinas, le ponía seguro a su puerta y cubría su rostro con una almohada.

Fue entonces que recordó que tenía que arreglarse.

Rápidamente se duchó, se arregló el cabello y se vistió con el outfit casual pero no tan casual que había escogido el día anterior. Se despidió de Jessica y Luke antes de irse y dirigirse hacia el restaurante. Cuando llegó, dijo que tenía una reservación a nombre de Watson y el mesero la llevó hacia la mesa. A pesar de que estaba oscuro afuera y estaban adentro, Fury estaba usando lentes de sol para poder ocultar su mal ojo, ya que llamaría demasiado la atención con un parche. MJ aguantó una risa al ver que estaba usando una peluca que hacía que pareciera que tenía rizos negros, y un bigote falso también.

—Te ves como ese sujeto de Pulp Fiction.—Dijo en lugar de un saludo mientras que se sentaba.

Había estado sorprendida cuando Fury la había invitado a cenar en un lugar tan público como un restaurante, pero también le había alegrado, porque significaba que él estaba haciendo un esfuerzo por ella. Mientras que ella y Peter habían estado en Wakanda, le había revelado que ella y Fury habían estado hablando mucho a través de videollamadas mientras que Peter estuvo inconsciente antes de que Fury pudiera tener tiempo entre todo su trabajo para ir a verla. MJ no recordaba mucho cómo había sido su relación con Fury antes de que las cosas cambiaran para siempre, pero por lo menos esto era algo.

Después de enterarse de la verdadera razón por la que su madre había muerto, fue a ver a Fury a la dirección que él le había dado, sorprendiéndose al ver que él tenía la pintura de "un conejo en una tormenta de nieve" en su pared, y él le reveló que había hablado en privado con Maya y Matt antes de que ella fuera sentenciada, para que él pudiera recibir la pintura. Los dos hablaron mucho aquel día, y Fury se disculpó, lo cual, MJ entendía, no era usual de él. Actualmente, MJ entendía que Fury no la había abandonado porque había querido, si no porque había temido que sus enemigos habían sido quienes mataron a la madre de MJ, y que ella sería la siguiente, y había pensado que ella estaría más a salvo sin él en su vida. En lugar de lamentarse y preguntarse cómo hubieran sido las cosas si diferentes decisiones hubieran sido tomadas, actualmente, los dos estaban intentando formar algo lo más cercano posible a una relación padre e hija.

—¿Cómo te va en la escuela?—Fury preguntó después de que el mesero trajera la comida.

—Todavía estamos en las vacaciones de verano. La escuela no empezará hasta después del concurso de talentos.

Equipo Catástrofe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora