Cap. XXVII : Tiempo color oro

202 18 1
                                    

Levi se encontraba sentado sobre Erwin, leyendo lo mismo que este, mientras que el rubio acariciaba sus negros cabellos. La tranquila respiración de Levi se apoderaba del sonido que había en la habitación, junto a la lluvia de fondo, que ya no caía tan fuerte. Levi, apartando la mirada del papel, miro hacía arriba, la cara de concentración de Erwin lo dejo unos segundos mirándolo. Y de repente la mano del mayor acariciando el puente de su nariz, mientras seguía aún leyendo. 

--¿Que pretendes?-- Interrogó el azabache, haciendo que Erwin parara de acariciar la nariz de este.

--¿Que quieres decir?-- Dijo Erwin, girando su mirada hacia Levi.

--Estas muy cariñoso hoy, ¿que es lo que pretendes conmigo?-- Volvió a interrogar Levi, esta vez de forma más detallada. Erwin lo miro unos segundos antes de cerrar sus ojos y dejar los archivos en la mesa.

--Si preguntas....-- Echó la silla para atrás, dejando a Levi algo ansioso. El rubio volvió a abrir sus ojos para centrar su profunda mirada en los grisáceos ojos de Levi. Bajó su mano hasta el pantalón del bajo y lo desabrocho.

--Lo sospechaba..-- Susurró Levi lo bastante alto como para que Erwin lo escuchara; sin apartar la mirada de este. La mano de Erwin se coló por debajo de su bóxer y la grande mano de este rodeó su pene, el azabache se estremeció. La mano de Erwin lo empezó a masturbar, sin ningún tipo de miedo, y apartando la ropa interior de en medio; Levi ya estaba duro. El mayor no puedo evitar soltar una risita, lo que hizo a Levi gruñir.

--Que rápido te pusiste así, lindura..-- Murmuró Erwin, aumentado cada vez más y más la velocidad. Levi gemía, eran pequeños gemidos que se colaban entre su boca y que hacían disfrutar a Erwin, quien aún mantenía una sonrisa mirando a Levi. El azabache apretó sus manos en el reposabrazos que tenía la silla, y cerró sus ojos. Erwin paró de golpe al ver a Levi reaccionar de esa forma, sabía que se iba a correr. El azabache abrió de nuevo sus ojos, para mirar a Erwin.

--¿P-Porque te detienes?..-- Cruzó mirada con Erwin quien la apartó rápidamente y colocó sus manos sobre la cintura de Levi, quien seguía insistiendo con su mirada.

--No sabía que estabas tan necesitado.. Tendrás que hacer fuerza con la piernas.-- Le informó poniéndole de pie y dejando su abdomen apoyado sobre el marco de la mesa. El azabache no tenía más opción que hacer caso, y giró su cabeza para ver como Erwin se levantaba y desabrochaba su pantalón; sacando su erecto pene. 

--¿Aquí?..-- Preguntó el azabache mientras Erwin ya bajaba sus pantalones, lo que le dio su respuesta. --Preparame..-- Pudo llegar a balbucear Levi antes de que Erwin lo metiera. El mayor no tuvo de otra que hacerle caso, con su cuerpo apegado al del azabache paso sus dedos por la entrada, y poco a poco introdució un dedo.

--Está apretado..-- Susurró a la oreja del azabache. Movió lentamente el dedo, sintiendo como el interior de Levi trata de ajustarse a este. Siguió moviendo el dedo mientras en su cabeza seguía rondando la idea de meter otro, para tratar de expander un poco las paredes que se apegaban con fuerza. Se decidió, y lentamente sacó el dedo de dentro de Levi. El pequeño echo un quejido al sentir el dedo salir de su cuerpo y se sorprendió cuando noto entrar tres. Tapó su boca con ambas manos para omitir gemidos de su parte, mientras que Erwin movía los dedos. Después de varios minutos de sentir como Erwin estimulaba su interior, cada vez más rápido y tocando su zona más sensible, el rubio se detuvo, sacando lentamente lo dedos. Levi quitó sus manos de su boca, y apoyó las palmas contra la mesa, sabía que se venía. Erwin sonrió, --No sabía que te tenía tan entrenado..-- Volvió a susurrar en la oreja del azabache. Colocó su pene en la entrada del azabache, aún con sonrisa en boca.

--Mételo ya..-- Se quejó Levi, Erwin soltó una carcajada y lo metió lentamente, haciendo gemir al bajo. Se empezó a mover lentamente, sin separar mucho su cuerpo del azabache cual apenas soltaba ligeros gemidos. Sus brazos pasaron rodeando la cintura del azabache, mientras la velocidad aumentaba lentamente, haciendo embestidas cada vez más fuertes. Las embestidas se apoyaban en el cuerpo de Levi, precisamente gracias a sus brazos e manos, mientras que Erwin solo quedaba apoyado en el cuerpo de este, aún con el agarre en la cintura. En cierto momento, cuando las embestidas eran cada vez más fuertes y rápidas, cuando los gemidos del bajo resonaban por toda la habitación acompañado del chapoteo que procedía de su interior, Erwin soltó sus manos, pero sin pasarlas de nuevo a la espalda del azabache, las subió hacia el pecho. Este a duras penas podía reaccionar, sentía cada vez más profundas las embestidas del rubio, cual acariciaba sus pezones. 

𝙱𝚊𝚓𝚘 𝚕𝚘𝚜 𝚌𝚘𝚙𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚗𝚒𝚎𝚟𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora