Nick a echo pasta para la cena, le ha quedado muy buena, nunca pensé que cocinara tan bien, tendré que controlarlo como chef personal.
La nariz me duele un poco, aún no puedo creer que me pasen éstas cosas por andar de distraída, voy vergüenza. He notado que Nick está distraído, su mirada es fija en el plato de su cena, algo le anda dando vueltas en la cabeza desde hace rato, algo le preocupa y no me gusta verlo así.
- ¿Pasa algo?
Me acerco quedando a pocos centímetros de su asiento, Su mirada sigue en el plato de su cena, pero tiene su hermosa sonrisa que lo caracteriza.
- Te lo contaré en la habitación, ve subiendo.
Su respuesta me desconcierta un poco, ¿Por qué en la habitación? Algo me dice que tiene una doble intención, pero que no crea que lo dejaré dormir en la cama, que cumpla con su palabra.
- Dímelo aquí, es lo mismo.
Su mirada se postra en mí, su mirada es diferente, sus ojos brillan y su sonrisa encantadora vuelve haciendo que me enamore más de él.
- No diré nada en ese caso, quieres quedarte con la duda está bien.
Se levanta de su asiento recogiendo la mesa, sabe como hacer para que suba sin dar reproches, lo odio, no puede ir por la vida manipulando de esa manera a las personas que lo rodean, y solo por ésta vez le haré caso, subiré pero solo por que mi curiosidad me lo permite, que no se acostumbre.
- Si no tengo otra opción tendré que subir a escuchar tus problemas de niño rico
Se acerca con lentitud dándome tiempo para retroceder, lo cual lo hago inmediatamente, sigue dando pasos seguros directo a mí, su mirada está fija en mis labios, a estas alturas los nervios se hacen presentes en mí, siento la pared con mi espalda, no tendré escapatoria, posa sus manos a la altura de mi cabeza, su rostro está tan cerca que puedo sentir su respiración rozar mi piel. Sus labios van directos a mi cuello, cierro mis ojos tratando de tranquilizarme, siento como los nervios se apoderan de mí, siento su respiración cerca de mi oído, mi piel se eriza, siento como las hormonas se activan enviando señales por todo mi cuerpo.
- Te he dicho que subas a la habitación, tú solo obedeces.
Habla sin separar su cuerpo del mío, sus labios rozan lentamente el lóbulo de mi oreja, sus palabras me hacen estremecer, mis ojos aún esta cerrados, no estoy preparada para enfrentar la situación.
- Quiero que subas en éste momento a la habitación, sin reproches
Me quedo totalmente congelada, no sé que hacer. Se retira poco a poco dándome espacio para pasar, no siento mis piernas reaccionar, su expresión es tranquila, espera algún movimiento de mi parte, pero no logro hacer alguno.
- Se me ha ocurrido una grandiosa idea, ven
Tengo miedo de lo que pueda hacer, toma mi mano y me dirige hacia la cocina, busca algo entre los cajones, parece encontrar lo que buscaba por su expresión.
- Lo encontré
Sube un poco la voz como si una tela negra le diera mucha felicidad
- Voltéate
Su sonrisa sigue presente, su mirada es suave y su voz a pesar de ser tan gruesa se escucha dulce y tranquilizadora. Como una idiota enamorada volteo sin más
Venda mis ojos, no creo que estemos haciendo esto, si no conociera a Nick pensaría que me tiene una sorpresa bien romántica en la habitación, por desgracia no es así, es cariñoso pero no llega hasta esos puntos.