Ha pasado dos semanas desde el día que el maestro Juan Carlos dió el anuncio.
Estos últimos días me siento muy agotada, la ansiedad me consume poco a poco y los malos pensamientos han llegado a mí, doy gracias a que Dahara se haya quedado conmigo, pero aún así no puedo en parar de pensar en Camilo y Nick, y de sentirme un poco culpable.El miércoles el maestro informó que el día viernes tendremos por fin nuestra ceremonia de graduación, será a las tres de la tarde en la aula máxima de la universidad. Estoy muy ansiosa, por fin será mi graduación, después de tantos esfuerzos, tanta dedicación, frustración lo logré, no fue fácil pero lo logré y me lleno de orgullo.
Estoy terminando de almorzar, en cualquier momento llegará Dahara para arreglarlos y salir hacia la universidad.
Me levanto para recoger la mesa y preparar todo para cuando llegue Dahara. Mientras lavo los trates escucho que llaman a la puerta, aún está temprano, así que no creo que sea Dahara, me dirijo a la puerta la cual abrí sin pensar dos veces.- Buenas días señorita Spencer.
Es un hombre un poco más alto, mide aproximadamente dos o tres sentimientos más que yo. Trae un traje negro con blanco, se ve muy elegante, trae corbata negra; a pesar de su traje se nota un poco sus músculos, no es muy marcado, pero se nota que ha trabajado duro en su cuerpo y duro lo debe de tener allá abajo.
Daylie! Cálmate, deja de pensar en esas cosas por el altísimo, me llama la atención mi consciencia, que por lo bueno que está este hombre ya la había perdido.Su vestimenta lo hace lucir muy atractivo para mis ojos, y un caldito de ojo no me lo voy a negar, y que buen caldo de ojo. Pienso mientras lo observo de pies a cabeza. Cuando llego a sus ojos caigo a la realidad ¿Quién es?
- Buenas días señorita Spencer.
Repite el hombre con una sonrisa pícara.
Avergonzada y con mis mejillas ardiendo bajo la cabeza para luego mirarlo a los ojos.- Buenos días , ¿Te conozco?
Logro pronunciar un poco nerviosa y sin mirarlo a los ojos; no soporto su mirada en los míos.- No señorita, el joven Camilo le envía este paquete. Pero si es de tu agrado podemos conocernos.
Siento mi rostro arder de la vergüenza, recibo el paquete en sus manos y las rosas que hasta ahora me percato que tenía, está tan bueno que ni me había enterado que traía aquellos objetos. Firmo la hoja de recibido.
- Muchas gracias jóven, que tenga buen día.
Agradezco y me retiro.
Esperen... ¿Le recibí rosas y un paquete de parte de Camilo? ¿Se nota que estaba distraída con tanta belleza?Dejo las cosas sobre la mesa de la sala de Star. Saco el maquillaje y los accesorios para terminar de arreglarnos
- Hola nena, ¿Quién te dejó ese arreglo sobre la mesa?
- Hola Lele, ¿Cómo estás? ¿Cómo te a ido? A mí muy bien, gracias por preguntar.
Lo digo en un tono sarcástico.
- Ya sabes que a mí siempre me va bien y a tí, ni se diga, a demás con la defensa que te traes yo diría que mal le va, pero al que te ataque.
La miro con una mirada amenazante.
- Las mandó Camilo, no sabe ni que hacer para que lo perdone. Hasta cambió el auto que siempre dejaba afuera para mí uso, por uno más costoso. Las llaves las dejó con el conserje de edificio.
- Jajaja, ese hombre está loco, deberías sacarle provecho a su arrepentimiento.
- ¿A? ¿Estás loca?, Ya sé que sí lo estás, pero no voy a estar detrás de un hombre para que me dé lo que necesito, me las he arreglado sola y ahora no será la excepción. Él que haga con su dinero lo que quiera pero conmigo no, no voy a perder mi dignidad volviendo con él. Ni que fuera Raquel Mendoza, mejor me lanzo de un puente como Luz Ritz por cierto ¿Ya terminaste de leer el libro?