Capitulo 8 ¿Qué pasó? parte 2

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El ambiente se siente un poco tenso, así que decido dirigirle la palabra a Nick.

- ¿Cómo has estado?

Me mira de una manera tierna y me sonríe ladino.

- He estado muy bien, ya terminé mi tratamiento.

¿Tratamiento? ¿Qué tratamiento?

- Me parece muy bien, ¿Cómo es que sabías que estaba allí?

Me entra la curiosidad, es que ¿Cómo de repente sabe donde estoy? Llevamos semanas sin saber del otro.

- Ayer entré como invitado de la universidad, te ví y cuando me iba acercar a tí, desapareciste. Te busqué por los alrededores y en las habitaciones, pero no te encontré, así que me fuí a dormir en mi coche, supe que seguías dentro de la cabaña ya que ví a tu amiga.

Habla más relajado y el ambiente se relaja.

- Entiendo.

¿Será que a lo último sí sabe en dónde y con quién estuve? Mejor no pregunto más.

De la nada escuchamos disparos detrás de nosotros. Volteo a ver y nos están persiguiendo! Los disparos es para nosotros.
Nick saca un arma debajo del asiento trasero, se pone en posición para atacar, de la nada el chófer y e chico que me trajo sacan otras, ¿Y ahora qué hago? Mi reacción es mirar como intercambian disparos.

- ¿Sabes manejar un arma?

Habla Nick, apurado. ¿Sé manejar un arma?

- Pues hace mucho que no lo haga, pero tengo idea de cómo se hace.

Digo un poco nerviosa.

- Ok, saca el arma que está debajo de tus pies y ataca.

¿Qué? No estoy lista para esto, sí se manejarlas pero llevo tiempo que no lo hago. 
Me quedo pensando en si sacarla o no.

- Daylie, está bien, si no te sientes segura de hacerlo está bien, yo te cuido.

Me pareció un gesto tierno de su parte y esto me motivo.
Escucho como se rompe el vidrio que está a mi costado.

- Mierda!

Dice Nick un poco enojado.

- Quédate agachada. No te levantes por nada.

Me agacho para recoger el arma. Lo hago y la miro por unos instantes, recargo el arma y me pongo en disposición para disparar.
Nick me mira, pero no sé si es preocupación  o alivio.
El primer disparo no logro darle, pero el segundo le doy en una llanta. Con el tercero rompo el parabrisas, éste ya estaba un poco  quebrado por los disparos de los chicos. Nick saca un poco su cuerpo en una curva de la avenida, le sostengo los pies para darle más seguridad, empieza a disparar en las llantas y esto hace que podamos tener más ventaja. Veo como la llanta delantera izquierda se estalla. Nick vuelve adentro y el chofer adelanta con más prisa.

- Lo haces muy bien preciosa.

Dice Nick brindándome un abrazo el cual correspondo.

- Gracias, debo admitir que pareces profesional. Parece que lo practicas todos los días.

Nick se queda callado y me sonríe. Los chicos se alejan de la ciudad.  Cuando estábamos terminando de salir de la ciudad Nick da la orden de apagar todos los celulares, tablets, o cualquier cosa con la cual podemos ser trasteado.
Yo apago mi teléfono móvil, ya que es lo único que cargo.

Estábamos en las afueras de la ciudad, nos debíamos por una carretera destapada, solo se ven árboles y vegetación. Debemos de estar más o menos a unas dos horas y media de la ciudad. Me pregunto para dónde iremos, pero no quiero preguntar, creo que no es buen momento. 
El auto frena en frente de un gran portón con el diseño de dos cabezas de caballo.
El chico que me trajo al auto se baja cuidadosamente con arma en mano, revisa el área, le da una señal al chófer y este sigue hacia el portón, Nick desbloquea desde su celular el portón y este se abre inmediatamente.  El chico sube al auto y este entra, Nick da la orden de cerrar el portón y este se cierra.
Esto es nuevo para mí, así que solo observo en silencio.
Los chicos se bajan más tranquilos, yo soy la última en bajar, estoy en estado de shock, me cuesta asimilar un poco todo lo que a sucedido.
Caminamos unos cinco minutos por un sendero luminoso, llegamos a una cabaña pequeña pero muy elegante, supongo que aquí nos quedaremos un rato. El chofer abre el garaje, dentro de este logro ver tres motos DT 175, una de ellas es roja, la otra es azul marino y la última es morada.

Enredada en tu piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora