Capitulo 5. La única solución.

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Paula

—Buenos días chicos.

—Buenos días Paula, Isa me abraza y me dice que me tiene una noticia que necesita hablar conmigo.

—Hablamos al medio día Isa.

—Está bien es sobre el dinero Paula, abro los ojos como platos. ¿Qué dices Isa? me mira y sonríe.

—Creo que encontré una solución.— me quede pensando toda la mañana en eso hasta que llego el medio día.

—Ahora si Isa ¿qué me tienes que decir? —Mira tú dijiste que harías cualquier cosa ¿verdad por Kathy no?

—Si así es Isa lo que sea haría por ella —Bueno hable con Santiago y me dijo algo, solo no sé si quisieras hacerlo.

—Anda Isa dime de una vez por favor, cualquier cosa con tal de pagar su tratamiento.

—Bien como sabrás, él se mueve en un círculo de hombres con dinero y mucho poder.

—¿Y eso qué? Déjame seguir amiga.

—Bien, perdón sigue. —Y me dijo que podrías si quisieras, ser dama de compañía de alguno de esos hombres y cobrar por eso, me comenta que pagan muy bien por esos servicios — me quedo atónita por lo que estoy escuchando.

— ¿Qué? ¿Isa, estás loca, te das cuenta de lo que me estás diciendo? —Sí y tú dijiste que harías cualquier cosa.

—Lo sé amiga, pero eso no lo sé.

—Vamos anda no es que tendrás sexo con ellos es solo ser dama de compañía por una noche y voila te pagan buen dinero por eso.

—No lo sé Isa tengo que pensarlo.

—Bien piénsalo amiga y avísame., me quedo pensando en lo que me ha dicho Isabela.

— Ok mi turno termino creo que ya nos vemos mañana. Solo la observo agarrar sus cosas para marcharse, pero aun no asimilo nada de esto.

—Está bien Isa nos vemos mañana, deja un beso en mi mejilla para marcharse, me quedo pensando en lo que Isa me dijo, no puedo hacer eso, sería una puta más o menos solo que sin sexo, eso creo. Hago una mueca en los labios, recostándome en la pared.

¡¡ Dios!! No creo poder hacerlo, sí, dije cualquier cosa pero no sé si sería capaz de eso.

****

Me despierto al día siguiente, hoy Katy empieza su tratamiento, después de realizar nuestra rutina diaria, llegamos al hospital. — Buenos días señorita, Saludo al llegar.

—Buenos días, contesta la recepcionista del hospital.

— Tenemos cita con el Dr. Luis Parissi.

—Un momento, revisa en su computador y después de unos segundos nos indica que podemos pasar.

—Pueden pasar tercer piso, subimos y llegamos a su consultorio, de nuevo nos recibe la secretaria del doctor que nos hace pasar.

—Buenos días, doctor, él sonríe al verme... —Buenos días, contesta con una sonrisa de comercial de pasta dental, rio mentalmente por mis ocurrencias, pensará que estoy loca por la forma en que me mira.

—Empezamos hoy el tratamiento Katy, habla y yo solo asiento...— Ella está demasiado asustada doctor.

— No tienes nada de que asustarte, todo va a salir bien, ¿está bien?

—Bien señorita acompáñenme, iremos a la habitación que le va a corresponder porque se quedara internada un día para empezar su tratamiento, y veremos cómo evoluciona, seguimos al doctor, yo también estoy muy nerviosa por como Katy va a reaccionar al tratamiento y por el costo del mismo.

Llamé a Marcos para informarle que hoy no poder ir a trabajar, como siempre muy comprensivo, no quiero aprovecharme de sus sentimientos hacia mí, pero en estos casos agradezco que sea así conmigo.

Pase el día entero sin despegarme un segundo de mi hermana, esperando en la sala de espera, estoy muy nerviosa, casi me he comido todas las uñas.

Al pasar una hora aparece el Doctor nuevamente. — ¿Doctor como esta mi hermana?

— Bastante bien Paula, reacciona bastante bien a los medicamentos, estará en observación toda la noche y le daré de alta mañana de mañana, estos son los medicamentos que debe tomar en su casa y todas las indicaciones del mismo, y mantenme informado de todo, aquí te dejo mi número llámame a la hora que sea.

—Gracias en verdad doctor es usted muy amable, me da la mano y no me suelta es más siento que me acaricia suavemente o es imaginación mía, me siento muy incómoda con su gesto, estiro la mano con algo de fuerza a lo que él se da cuenta y me regala una pequeña sonrisa.

—Con permiso Paula.— asiento, y él se retira.

Después de reaccionar a lo que acaba de pasar fijo la vista en la indicación que me acaba de dejar, ¡¡Dios Santísimo!! Es demasiado de donde sacaré tanto dinero, ya gaste todo lo que tenía ahorrado para el primer tratamiento, Ay Diosito ¿qué haré ahora?

Solo una cosa que jamás pensé hacer, marco el número de mi amiga, suena y en el segundo tono, me contesta.

—Isa, ¿amiga como estas, como está Katy?

— Ella está bien Isa, el problema es otro, tengo un gran nudo en la garganta, tengo unas inmensas ganas de llorar, ni siquiera puedo decirle esto. ¡Mierda!

— ¿Qué pasa amiga?— Dime.

— Isa necesito conseguir urgentemente el dinero, necesito comprarle los medicamentos a mi hermana. — se hizo un silencio al otro lado de la línea.

—Y quieres que hable con Santiago...— suspiro hondo antes de hablar —Si Isa, es la única solución.

 Estaré subiendo capítulos por día, así que no duden en agregar a sus bibliotecas

Eres mi Adicción (Ida Gonzalez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora