DANTE
Cada vez que la beso, siento más necesidad de ella, necesito más, necesito sus besos, sus caricias quiero que sean mías, me está volviendo loco, no dejo de pensar en esa mujer.
Escucho que tocan mi puerta, adelante, grito desde mi asiento, y es Iam quien se asoma.
— ¿Cómo estás hermano?
—Bien —contesto sin muchas ganas.
—No estamos de buen humor hoy parece —levanto la vista que tenía en unos papeles y lo miro, mientras él se sienta frente a mi escritorio
—Oye, que tal si vamos hoy al club, tú yo y Leonardo, hace mucho no vamos y necesito una noche de relax de oreja a oreja sonríe.
—Lo que tú quieres es follar —respondo burlón suelta una carcajada, lo que me hace reír también.
Cruza las piernas y una mano lleva al mentón —.Creo que si necesito una buena follada, hace mucho que no estoy con una mujer.
—Específicamente desde que estas con Paula ¿no?
Asiente —. Así es, esa mujer me tiene dando vueltas la cabeza —me tenso al escuchar eso, porque a mí también me afecta de una manera que ni yo conozco.
—Está bien vayamos hoy al club, también necesito distraerme —contesto pensándolo bien y necesito dejar de pensar en ella por un instante.
—Bien, perfecto, nos vemos mas tarde —se pone nuevamente de pie para dirigirse hacia la puerta.
—Hablaré con Leonardo para que nos acompañe —dice antes de salir, yo muevo mi cabeza afirmando —.Ahora déjame trabajar — digo regalándole una sonrisa, él hace lo mismo, sonríe rodando los ojos saliendo finalmente de la oficina.
Me froto el rostro, así es necesito sacarte de mi cabeza Paula, si no me volveré loco, completamente loco por ti pequeña bruja.
****
Llego a mi departamento, me doy una larga ducha intentando relajarme de tanto estrés y trabajo y me visto para ir al club, necesito distraerme esta noche, me pongo un pantalón casual en color negro y una camisa azul claro, salgo presuroso del departamento y me dirijo al club, al llegar saludo a los guardias quienes me dan paso, ellos ya me conocen, no es la primera vez que vengo aquí.
Me adentro al club, está bastante lleno esta noche, subo al segundo piso donde Iam ya me estaba esperando con Leonardo.
—Vaya por fin llegas hermano, pensé que no vendrías —dice Leonardo sonriendo, me siento en la mesa y hago señas para que me traiga una botella de whisky, dos chicas se nos acerca a la mesa, una rubia y la otra castaña, muy lindas ambas, Iam al instante sienta a la rubia a su lado mientras que la castaña se sienta en medio, Leonardo al otro costado.
Leonardo habla con la castaña mientras que yo, no lo sé, me siento inquieto, siento una ansiedad recorrer mi cuerpo, he venido al club para poder distraerme y sacármela de la cabeza sin embargo solo pienso en ella, sacudo mi cabeza para desechar tanta mierda, observo a Iam quien se levanta con la rubia para dirigirse al cuarto privado, sonrío, y él solo me guiña un ojo y va con la mano puesta en la cintura de la rubia. Ruedo los ojos porque el no pierde tiempo. Bueno es lo que yo debería estar haciendo también, sin embargo estoy aquí perdiendo mi tiempo pensando en esa mujer.
Giro y veo como la castaña habla y ríe con Leonardo, también lo he perdido esta noche, yo por mi parte me levanto, algo me impulsa pegarme a la baranda y mis ojos se desvían hacia abajo, observo todo, veo a dos mujeres bailar muy provocativas, una rubia con un vestido rojo que deja muy poco a la imaginación, y la otra es una preciosidad, tiene el pelo negro como la noche hasta la cintura tiene un vestido negro muy muy ajustado al cuerpo por debajo del culo y que culo por Dios, relamo mis labios mientras llevo a mis labios mi vaso de whisky, desde aquí no distingo su rostro por las luces, entonces decido bajar, necesito verle el rostro, me dirijo hacia donde están, paso y esquivo a la multitud, ahí la veo mas de cerca, su amiga baila con un hombre muy provocativamente, mientras que ella permanece de espalda a mí moviéndose muy sexy, no se da cuenta de las miradas que tiene encima, como varios hombres la devoran con la mirada y siento rabia, no sé que me sucede primero con esa mujer y ahora con esta ¿Qué te ocurre Dante? me acerco lentamente a ella, pego mi pecho a su espalda, pongo mis manos en su cadera, y acerco mi rostro a su cuello, ese olor, no puede ser, es el mismo aroma de ella, por más que aquí solo apeste a alcohol y cigarrillo, puedo oler y su aroma.
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Eres mi Adicción (Ida Gonzalez)
RomancePaula Ricci es una mesera a tiempo completo en un restaurante, su vida siempre ha sido desafortunada desde el abandono de su padre y la muerte de su madre, hasta que un día una noticia llega a ella cambiando su vida para siempre al poner en su camin...