Capítulo 25. ¿Problemas?

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Dante

Hoy trataré de terminar los pendientes en la oficina, para ir al hospital a ver a Paula y a Katy, tengo muchas ideas en mi mente que ojalá las acepte, desde que la conocí mi mente no hace otra cosa que pensarla.

Tengo intenciones de hablar con Iam, solucionar nuestras diferencias, pero no será hoy, no aquí en la empresa, seguro ha de estar odiándome, pero, no renunciaré al amor de Paula, la amo, como nunca amé en mi vida a ninguna mujer.

También tengo la intención de presentarle a mi familia, este fin de semana llega mi hermano y aprovechando que estará toda la familia quiero hacer formal mi relación.

Mi mamá pegará el grito al cielo de felicidad al igual que Carolina mi hermana, froté mi rostro al imaginar que hasta una boda de seguro planearán, ojalá mi nena no salga huyendo de mí después de conocer a mi nada convencional familia. De mi papá no hay nada que decir, es el mejor tipo del mundo, me ha enseñado tanto, tanto a mí como a mi hermano, todo lo que somos se lo debemos a ese hombre.

Tendré que hablar con mi madre al respecto, presionar a Paula y que salga huyendo despavorida no está en mis planes. Giancarlo por su parte estoy seguro que no dejará de molestarme a partir de ahora el muy idiota, que bien clavado esta con su asistente, y se hace el imbécil, cuándo le coman el mandado tal vez se pondrá abusado. O al menos eso espero.

Entre papeles, reuniones, video conferencia con posibles inversionistas pasó el medio día sin darme cuenta, me dispuse a salir de la oficina para dirigirme al hospital a ver a mi pequeña, juro que no pasa un segundo que no la extrañe, a pesar de estar ocupado y tener miles de cosas en la cabeza, ella siempre está ahí ocupando la mayor parte de mis pensamientos. ¿será que a ella le pasa lo mismo conmigo? Niego despidiéndome de Eva, quien muy amablemente se despide con una sonrisa.

Primero pasé por una florería, llevaré flores para mi cuñadita, la verdad ya le he tomado cariño, llegué al hospital, subí donde se encontraba internada y lo que veo me hierve la sangre, Paula hablando y sonriendo con el doctorcito ese, sin dudarlo me apresuré a llegar hasta ella.

Cuando volteó a verme sus ojitos se iluminaron y guindó de mi cuello para plantearme un beso, por supuesto yo no me quedé atrás y la sujeté de la cintura para corresponderle, marcando mi territorio, dejándole claro al doctorcito ese que Paula es una mujer ocupada y que debería mirar para otro lado. Creo soy un poquito posesivo, solo un poquito.

—Dante viniste.— susurró en mis labios, pero como el maldito posesivo que soy la sujeté de la nuca y la aprieto aún más.

—Hola amor. — saludé y ella sonrío en mis labios, su sonrisa me enloquece, miro al doctor y su rostro se ha desencajado, está completamente sonrojado tratando de desviar la mirada hacia otro lado, sé de las intenciones con mi novia, aahh pero ella tiene dueño y soy yo, que le quede bien claro y se vaya haciendo la idea.

— Con permiso. — se disculpa de pronto retirándose, Paula asiente y gira de nuevo hacia mí encogiéndome de hombros.

—Creo que esta celoso. — me burlé guiñándole un ojo mientras que ella los puso en blanco.— No es así Dante, es solo amable conmigo, Bufo.

— Ay hermosa eres tan ingenua– Acaricio su mejilla y ella cierra los ojos ante mi tacto.

— ¿Y mi cuñadita cómo está? — Muy bien Dante hoy ya le dan de alta.

— ¿De verdad? Me alegra mucho eso amor. La beso de nuevo – ¿Te he dicho que me encantan tus labios?

Ella niega con la cabeza, — También me gusta tus besos amor.

Eres mi Adicción (Ida Gonzalez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora