Capítulo 16. También fue mi primera vez.

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 Llegamos a mi departamento, la sujeto de la mano y subimos al ascensor, apenas se cierra el elevador la pego a la fría pared para besarla como tanto lo deseo, como lo he anhelado hace tanto tiempo y ahora nada ni nadie me lo va a impedir, no es un beso suave, es más bien un beso cargado de lujuria, ese deseo que raya a la locura, ese deseo que aumenta cada día y está latente, paso mis manos por su espalda y bajo hasta su culo, aprieto con mis dos manos invitándola a rodearme con la pierna la cintura, ella entiende mi intención y rápidamente lo hace, se aferra a mi cuello rodeándome con los dos brazos, y nos consumimos en ese beso, sin querer despegarnos, bajo mis besos a su cuello, me encanta el aroma que desprende su suave piel, el olor de su colonia mesclado con el olor natural de ella, es tan suave, tan delicada, ella me besa desesperada gimiendo en mis labios, la pego más a la pared para que no pueda escapar de mí, la necesito, me está volviendo loco.

—Nena, no sabes cuánto te deseo. — confieso sin querer despegarme de su boca, ella respira agitada, pasando sus manos por mis brazos, mi pecho, sobre la camisa, me toca desesperada cuanto quiere, yo no me quedo atrás recorriendo su hermoso y diminuto cuerpo sobre su ropa, esa que deseo arrancarla y besar su piel completamente, degustando cada rincón de su perfecto cuerpo.

—Yo también te deseo Dante. — Confiesa ansiosa, me gusta porque excitada es otra, es desinhibida, no se guarda nada, no se controla, no quiero que lo haga, me gusta.

Salimos del ascensor que da directo a mi departamento, entro con ella colgada a mi cintura, no quiero soltarla, solo nos separamos un momento, pero no la bajo, nos miramos, ella me sonríe tímida con un leve rubor en su mejilla que la hace ver preciosa, más preciosa de lo que ya es.

—No sabes cómo deseé este momento Paula, ansié cada segundo de mi existencia. — confieso sincero, algo que jamás imaginé, no estoy diciendo esto para llevarla a la cama, no, lo digo porque es lo que estoy sintiendo en estos momentos. Camino con ella hasta un mueble sentándola sobre ella, pero no dejo que diga nada porque sin tregua vuelvo a asaltar su boca con frenesí.

Dan... — iba a reclamar y no la dejo, devoro su boca nuevamente con hambre, sus labios son mi adicción, ella abre las piernas dándome paso entre ellas, la atraigo hacia mí, el vestido se le sube hasta sus caderas, bajo a su cuello, dejando besos por todos lados, mientras le acaricio la pierna, ella no deja su mano quieta mientras juguetea traviesa con los botones de mi camisa, le tiemblan las manos, no sé si es nervios o desesperación, la misma que estoy sintiendo, esa desesperación por verla desnuda sobre mí, pero quiero ir lento, quiero disfrutarla más, que las horas sean eternas a su lado. Ella nerviosa desprende dos botones e introduce la mano dentro de la camisa, y yo siento como me quema la piel.

— ¿Paula que me haces nena? — susurro ronco, no detiene sus caricias, ella quiere todo de mi al igual que yo de ella, me despoja de mi camisa dejando al descubierto mi torso, observa mi pecho y abdomen como si le encantara lo que veía, relamiéndose los labios.

— ¿Te gusta lo que ves nena? — Pregunto intentando bromear cosa que no puedo ya que me corta toda la respiración cuando empieza a bajar su dedo índice desde mi pecho hasta donde empieza mi cinturón. Doy un largo suspiro observándola.

— Eres un poco traviesa nena. — ella finalmente sonríe completamente sonrojada.

—Eres demasiado hermosa Paula, me estás volviendo loco. — confieso delineando sus labios con mi dedo pulgar, detallando cada peca en su rostro, detallando cada centímetro de su fino rostro y perdiéndome en el iris de sus ojos, esos que brillan con intensidad, esos ojos que hacen que mi pulso se detenga para apreciar aun mas su belleza, ella no tiene idea de la belleza que posee, ella no tiene idea de que puede tener a quien quiera a sus pies, y tal vez su inocencia es lo que le impide ver todo lo que provoca en mí.

Eres mi Adicción (Ida Gonzalez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora