Había pensado que las sorpresas con Aidan Gallagher terminarían, pero no, y me di cuenta de eso cuando decidió llevarme a “casa de seguridad”, la cual era una maldita mansión donde su padre podía disfrutar mucho de esconderse de mi padre. Ahora sé por qué enfatizaban tanto Mick y Aidan al hablar de la casa.
La casa era enorme, como de películas que veo cuando estoy sola en mi departamento y quiero llorar con un bote de helado porque sé que eso jamás me pasará.
Heme aquí, con el hijo de un mafioso que quiera que sea su esposa, ¿no hay nada más cliché que eso? Porque empieza agradarme, lo digo en serio.
—Muy bien, Sr. Flexible —suelta una risa—. ¿Qué haremos?
—Comer, así que mandé a Kyle y a Mick por pizza.
—En un lugar tan elegante, ¿vamos a comer pizza?
—Tú y yo haremos la pasta —susurra sobre mi oído—. Si no quieres ocuparte de la pasta primero podemos hacer otra cosa…
—No —digo con inocencia—. La pasta está bien… Oh, ya entendí.
Él se ríe mientras me sigue a la cocina.
—¿Te gusta? Porque aquí me verás todos los días cocinandote —oprimo todos los sonidos que quiero que salgan de mis labios y sigo caminando.
—Es hermosa. Pero es mejor que tú hagas la pasta porque si no te pediré que se la encargues a los chicos.
—¿No es lindo?
—¿Qué?
—Fingir poder ser personas normales en situaciones normales… No lo sé, fingir que somos algo más.
—Ya somos algo más… —me acerco a él, abrazándolo por la cintura por la diferencia de estatura—. Por favor sigamos fingiendo y no digas nada más.
Masajea sus sienes y asiente. Habíamos acordado fingir, lo cual no funcionaba por completo y entendía por supuesto. Ambos nos estábamos enamorando del otro pero uno de nosotros no quería aceptarlo. ¿Pista? Está más que claro que soy yo.
—Haré la pasta, puedes recorrer la casa…
—Claro, pero prefiero quedarme contigo —confieso.
—Necesito un momento a solas, si no te molesta.
Niego varias veces antes de dar la vuelta y ver la casa, había muchas que explorar y eso me dejaba sin aliento. Era la casa perfecta para vivir, para criar a tus hijos y verlos crecer… Era una lástima nuestra situación.
Al final había contado nueve habitaciones y seis baños, era increíble. Había encontrado pasajes secretos que te llevaban a otros lugares de la casa que eran aún más increíbles, uno de ellos me llevó a una biblioteca, mi última parada.
Debía volver, pero no quería hacerlo.
Estar en esta casa me recordaba a la casa de campo en la cual solíamos ir mamá y yo cuando papá estaba en una misión, no era igual de grande que esta pero era perfecta para nosotras.
Pero recordar a mamá solo me hacía sentir triste y molesta, cada pensamiento hacia ella era un recordatorio del día que murió. Lo recuerdo constantemente, cuando mi mente no tiene en nada qué pensar.
No fue más cuando yo tenía cinco años, era pequeña pero jamás iba a olvidar ese día. Mi mente funcionaba para recordar cada cosa que me impulsaba a ser mejor y ese día siempre estará ahí, como esos hombres la asesinaron cuando querían a mi padre en su lugar.
Estaba justo frente a ellos cuando dispararon… Fue horrible.
Cuando papá llegó, yo estaba frente a ella de rodillas en la pequeña laguna de sangre a su alrededor, estuve ahí dos días antes de que él llegara.
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Secuestro Mortal | Aidan Gallagher
AksiLa hija del director de servicios de inteligencia secretos de Nueva York es secuestrada por el mafioso más buscado del mundo. Poder. Venganza. Secretos. Mentiras. Y muchas muertes. Historia creada: 07/06/2021 Historia publicada: 04/01/2022 Histor...