Aidan Gallagher
Era una maldita... Me retaba y se pasaba por alto mis advertencias, incluso me golpeó, dejé hacerla bastantes cosas. Incluso poner a Mick en contra mía. Pero asesinar a alguien ya era algo más grave.
Y en algún momento ella dijo que si haría lo que hice, lo hiciera de una; y así fue, no entiendo de qué se queja ahora.
Tenía que hacer algo, porque yo no podía llamar la atención de la policía, mucho menos de los medios. Tenía una imagen después de todo y nadie sabía de la muerte de mi padre como para que la gente se enterara que ahora su hijo se hacía cargo de todo lo que dejó.
—¿Ella lo mató?
—No, Mick. Él decidió suicidarse frente a una chica con la que tendría sexo —exclamo con sarcasmo, de forma seria.
A veces él puede ser un idiota.
Mick se limitó a sólo rodar los ojos. Su mejor amigo podía ser un idiota cuando quería.
—Bien, ya entendí. Ella lo asesinó.
—Tenemos que hacer algo...
—No. Tú harás algo. —Respondió encarandome—. Yo te dije que no lo hicieras y no me hiciste caso, tú tienes la culpa de todo esto.
—Bueno, con el dinero ganado podemos... Puedo hacer que la policía y la prensa no indague en su muerte —digo entre mí.
—Yo hablaré con ellos —me sorprende que me ayude después de lo que ha dicho—. Y no lo hago por ti.
—¿Qué es lo que te sucede? ¿Por qué llega ella y de pronto cambia todo?
—Porque me doy cuenta de mi error y estoy tratando de que si la mantenemos aquí no la hagas sufrir —confiesa. Volteo los ojos, esto debe ser una broma.
—No puede ser, Mick. —Exclame harto de sus palabras—. Lo que necesitas es follar y rápido.
—No seas idiota.
—Tenemos veintisiete años, es obvio que si no tenemos pareja no tenemos sexo y eso es fundamental desde que cumples, no, desde que pierdes la virginidad —trato de sonar divertido pero no lo consigo, con él no.
—Lo dice el que se esperó a los veintiún años —ríe.
—Tampoco iba a tener sexo porque sí, no soy tan mierda —aclaro solo para que se ría de mí.
—Si si, tu mierda de la chica ideal. No te preocupes, tú secreto está a salvo conmigo —sella con un ziper imaginario su boca. Ruedo los ojos.
Por suerte, una duda me deja en blanco de la conversación anterior y procedo a preguntarle. Ya que es algo que podía perjudicarnos si lo dejábamos pasar y no teníamos un plan cual ejecutar para que la gente no empezara a hablar.
—Por cierto, ¿dónde está el cadáver?
—¿Cuál cadáver? —preguntó en desconcierto. Yo me paralice al escuchar su interrogante.
—Mick... El cadáver —digo obvio pero aun un poco asustado.
—Oh, el cadáver inexistente que desintegramos para no dejar rastros. Si, ya no está —sonríe con complicidad. Es un maniático igual que yo. —¿Y cómo vas con el luto?
—Han pasado seis meses y la Srta. Cooper me dijo que era la hija del asesino de mi padre, como si no supiera que hago esto porque quiero ver sufrir a su padre y que eso solo me impulsa a seguir con esto —confieso dando vueltas lentamente de un lado a otro, mientras Mick me miraba.
—Lo hace para provocarte.
—Lo está logrando.
—Entonces vuélvete resistente a sus provocaciones.
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Secuestro Mortal | Aidan Gallagher
AksiLa hija del director de servicios de inteligencia secretos de Nueva York es secuestrada por el mafioso más buscado del mundo. Poder. Venganza. Secretos. Mentiras. Y muchas muertes. Historia creada: 07/06/2021 Historia publicada: 04/01/2022 Histor...